miércoles, julio 23, 2008

Gata Negra (yo no sabía)

Anoche no te vi, pero te vi de todas formas. Te sentí tan indiferente. Te descubrí tan fugaz. No quise molestarte. No intenté atraparte (tanto te he buscado que ya no se puede, no sabría qué hacer de todas formas).

Eras mentira, por dentro lo sabía. Eras mentira, no faltaron voces en el camino que me decían, mancito, broder, no la sigas. No trates, no persigas. Tus huellas siempre fueron de arena mojada (yo las perseguía mientras se borraban), siempre se quedaron en la orilla. Las olas que te abatían nunca fueron mías (aunque tratara, yo las quería). No me dejaste. Eras mentira, lo presentía. Probablemente mañana no me acuerde, probablemente ya no duela:

Poder decirte nada. Y nada más.

No sabía que eras gata negra. Me engañaron las lunas delante de tus ojos, hacían parecer todo un poquito más cerca.

¿Cómo pensé que tu risa, que tus miradas bastarían? Bastaron para mí. Siento el silencio golpear mis costillas. Duele lo insignificante que parece. Son huevadas.

Yo no sabía que eras gata negra, ni que al cruzarme contigo, todo se iría a la mierda.

De todas maneras creo que no lo cambiaría. Siguen siendo huevadas.

domingo, julio 13, 2008

Absinthe

Corre mierda, corre. Salta. ¡PUM! por encima del carro. Sigue corriendo, deja atrás la alarma. Qué chucha los huachimanes, las luces de las ventanas de los edificios que se despavilan al escuchar tanto alboroto. Salta de nuevo. ¡PUM! por encima del carro. Aguanta, respira. Voltea en la esquina. Recupera el aire. Camina, conchudo, mirando sorprendido. Contigo no es el problema. Tú eres un borracho despreocupado e inofensivo. El sereno no se la traga, tu actuación bien pobre, te sientes cubierto de mermelada verde que sabe a anís y te seduce, y te calienta poquito poco hasta bastante. Ahora con furia; corre mierda, corre.

Ya le agarraste el ritmo. Salta. ¡PUM! por encima del carro. ¿Por qué? Porque, mierda, porque se puede. Porque se vuela. Porque se se siente trasgresor, desafiante. Libre.

¡PUM! por encima del carr- Te sacaste la mierda. No me mires, NO ME MIRES, MIERDA.

Corre como nunca.

Corre porque la ley te persigue, y no duerme. Tú duermes. La ley, no. Sus ojos son computadoras de las antiguas, de las que parecen más robóticas. Todo esta medio lento, ¿no? Corre y siente en cada paso tu miseria, tu sin sentido, tu cojudez, tu adolescencia.

Hola- no, no me mires.

Soy un duende verde parado en tu hombro derecho. NO ME MIRES. Soy un duende que te duerme el cerebro mientras despierta en tu ser animal sentidos desconocidos, obligados a perderse por tu racionalidad recontra cabrísima.

It's definately overrated. Cabrito.

Soy un duende que te derrite el cerebro y te dice que te mueras fundido. Soy un eclipse. Soy un espiral a través del tiempo, verde.

Soy absintio.- y me cago en tu madre. MUAHAHAHAHAHA (en letras verdes, gigantescas).

viernes, julio 11, 2008

Esperando en fila

Un monstruo se avalanzó sobre todas mis mujeres. Se las tragó mientras se reían, mientras se miraban en el espejo, mientras se acariciaban inocentemente, cruelmente. Un monstruo se avalanzó sobre todas mis mujeres y se las comió. Su estómago vibraba al ritmo de la música mezclada con sus risas. Mis mujeres se movían y sudaban. Bailaban y seducían. Disfrutaban el viaje por las entrañas del monstruo. Se consumían en el placer de lo superficial, de lo deliciosamente vacío y sin sentido. El monstruo reía.

Yo quería que me comiera. Que me tragara. Yo se lo pedía, le rogaba. Desde adentro del monstruo escuchaba su voz, la de la más linda de todas. Ella también se perdía de placer. Volteaba los ojos y se mordía los labios. Juntaba las piernas y movía la cabeza mientras una dulce sensación de pecado atravesaba todo su cuerpo. Le gustaba sentirse utilizada.

Yo no tengo a dónde ir. Sigo esperando.

El monstruo me vio destrozado, y me dijo: - No, no, no man, go fuck yourself.

Ella no pensó en mí ni por un segundo.
Yo no tengo a dónde ir.