tag:blogger.com,1999:blog-269805372024-03-07T04:40:56.144-05:00La Historia Sin Libro de JocPARIS - NEW YORK - TOKIOJosé Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.comBlogger59125tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-51341923448725355622009-04-14T01:03:00.005-05:002009-04-14T01:11:00.756-05:00Trapiquini y la yentiii: Lolita<div align="justify">El que no arriesga, no gana. Lo has escuchado incontables veces. La televisión te dice que es verdad, casi todas las películas te aceleran el corazón y hacen que te la creas. Es más, sabes que no es del todo mentira. Fuera de la porción de fantasía innegable que hay en todo romance ficticio, hay algo en esa idea que siempre será cierto: no puedes esperar que algo suceda sin hacer nada al respecto. Son pocos a los que todo les cae del cielo, y en eso no miente ni el cine ni la televisión. Las historias de amor que nutren nuestro imaginario podrán ser jodidamente perfectas, y podrán parecer imposiblemente calculadas, pero yo creo que cada uno merece vivir su propia versión del drama adolescente de preferencia.<br /></div><br /><br /><div align="justify">Trapiquini recordó haber dicho, mientras veía caminar por la playa a V, que “el que no arriesga, no gana”. Entonces arriesgó, y terminó ganando, pero eso fue hace ya un par de años. Luego pensó en su amigo Droopy, que parece que tiene cara triste, cuando contra toda posibilidad dijo “a la mierda” y sacó a bailar a la rubia destructora de mentes del momento.</div><br /><br /><div align="justify"></div><p align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0yLIykEpDVYMjWwb_lGmgYKkD_hXSEP-21lsBKGgnkk4IvUms2JTFTlGw-iY-s-wilbc7kj_sPo4b5lYmvCTCQzxoWZbdZXm9_72_8d_P_C5tagJh9rMPiZ6ne8zrDRWF4BBpnw/s1600-h/droopy.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5324425519898905506" style="WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 255px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0yLIykEpDVYMjWwb_lGmgYKkD_hXSEP-21lsBKGgnkk4IvUms2JTFTlGw-iY-s-wilbc7kj_sPo4b5lYmvCTCQzxoWZbdZXm9_72_8d_P_C5tagJh9rMPiZ6ne8zrDRWF4BBpnw/s320/droopy.jpg" border="0" /></a></p><br /><br /><div align="justify"></div><br /><br /><div align="justify">Y bailó. Y luego cayó en desgracia con un par de amigas federales, pero eso no es importante. Por último, se acordó de la Sombra (the Mystic Shadow para las señoritas de alta alcurnia), que hace una semana le metió letra a una dama que va por el nombre de Pika, cuando Trapiquini nunca habría podido hacerlo de manera tan suelta. Hay que creérsela para poder vivirla. Pareciera que estoy hablando de mí mismo en tercera persona, pero la verdad es que Trapiquini y quien les hace perder el tiempo somos bastante parecidos en personalidad (yo sería definitivamente un tanto más atractivo), y hemos sido amigos por mucho tiempo. Digo esto pues me he tomado la libertad de añadir una pequeña reflexión propia al inicio de la historia, y espero no haya sido por las huevas.<br /></div><br /><br /><div align="justify">Trapiquini terminó de pensar diciéndose a sí mismo “puta, fácil la estoy pensando mucho” mientras mordía el carísimo pero delicioso sanguche triple que se había comprado. ¿Clase de antropología? En el pasado. Había sido retenido por el hambre en un primer momento, pero una fuerza extraña de aroma rosado refrescante y sabor indudablemente prohibido harían que se quedara una hora y media más sentado en una banca: Lolita. Uno puede pensar “ya ok debe ser una flaca rica, pero… ¿por qué tanto chongo?” y entonces yo respondería “porque puta así es la vida” y no pretendería dejarme entender o explicarme, pero dadas las circunstancias tengo tiempo para iluminarte a ti, escéptico, sobre por qué tanto chongo. Lolita es mucho más que un capricho perfecto de la genética humana, su aparición trasciende el ocasional babeo o la exageradamente detallada fantasía erótica y se convierte en una idea que enmarca todas las situaciones que pudieron ser, todo lo que no se hizo, lo que se perdió por no hacerlo, lo que todavía se puede hacer y la esperanza de lo que se puede ganar. La idea de la “situación Lolita” no es solo de los personajes que la vivieron, sino de todo aquel que haya sido cagado por su naturaleza arrugona. Es decir, de todos porque así seas el más canchero o canchera del mundo, en algún momento te has quedado ‘ugh’ sin aire y con las ganas. De todos modos, Lolita si esta más rica que parrillada en viernes santo y eso debería ser suficiente para este tipo de cojudeces.<br /></div><br /><br /><div align="justify">Trapiquini no había terminado de pasar el triple cuando se sentaron a su costado Bunker, Aire y Nescafé. Tomó a Bunker for el brazo y, sacudiéndolo, le dijo “Mira, mira mira mira, MIRAARAAWAHGG”. </div><br /><br /><div align="justify">“La putamadre, ¿qué quieres? ¿Qué cosa?”<br />“Escaleras. Al frente. Mírala o toda tu vida será una mentira”<br />“¿La de polo morado?”<br />“¡¡MÍRALA!!”<br />“Oe huevón te pasas de pendejo no es para tanto”<br />“¡¿QUÉ?! Hijo de perra” Trapiquini voltea hacia Aire y le señala a Lolita.<br />“Oe Bunker estás cagado. Está más que rica. Muchísimo más. Puta broder, es de esas flacas que ves y quieres morir sin razón alguna”<br /></div><br /><br /><div align="justify">Trapiquini se sintió confundido por el comentario, y sin embargo entendió a Aire perfectamente. Y sí, nadie le habló a Lolita. Les faltó algo, una conexión, un motivo, una razón, etc. Muchas excusas fueron dadas, pero Trapiquini siempre supo que no faltaba nada. Pero había que creérsela, y algunas veces la duda asalta en los peores momentos. No tuvo tiempo de meditar sobre lo sucedido pues Nescafé mencionó que “esa flaquita tiene pinta elástica, ¿no?” y entonces nadie pudo evitar cagarse de risa y empezar a hablar huevadas. Será para otra. </div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-32485983055760395462009-04-03T18:17:00.009-05:002009-04-03T18:42:08.296-05:00Trapiquini y la yentiii: ¿Qué Planes?<div align="justify">Princess Karla llamó a su daddy para ver si la dejaba ir a Barranco en la noche. Siempre he pensado que toda señorita de su casa siente una irremediable atracción hacia Barranco y todos los huecos que alberga; el Sargento, el Tizón, TRAPICHE (no seas pendejooo) y ahora último HELP que parece ser más fichón. La vaina es que Karlita llamó a su viejo y mientras hablaban su cara fue de ‘ou daddy I lof iu’ (niña inocente engreída) a ‘warever’ (warever sha fue), y Trapiquini pensaba: ‘conchasumare el viejo ya me cagó el plan’. Y si pues, si Karla no atracaba entonces toda su jauría también se tiraba pa atrás. Mala suerte. Pasa el Z.A.M.B.O. y, después de saludar, jala a Trapiquini a un costado. Le señala un lugarcito ya conocido y van por ‘un par de hits’ con la gente de la Bodega, ya se hablará más adelante sobre ellos. 3pm. </div><div align="justify"><br /></div><div align="justify"></div><div align="justify"><br /></div><div align="justify"><br /></div><p align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbUBNCNZeD6yEP0au9UaXeFads82CLfC4C4LRiHJIcSvywUEesM96yXbxsfWN2NIlt2LxoietaW37Ttw8ePbuUE-kghVXpD7ph-iUyzBtIn-CjFrtqb2W_Qr2eqHyGau6BYBtgbw/s1600-h/rasta.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5320612940221508194" style="WIDTH: 161px; CURSOR: hand; HEIGHT: 227px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbUBNCNZeD6yEP0au9UaXeFads82CLfC4C4LRiHJIcSvywUEesM96yXbxsfWN2NIlt2LxoietaW37Ttw8ePbuUE-kghVXpD7ph-iUyzBtIn-CjFrtqb2W_Qr2eqHyGau6BYBtgbw/s320/rasta.jpg" border="0" /></a></p><div align="justify"><br /><br /></div><div align="justify"></div><div align="justify">6pm (adiós Introducción a las Sagradas Escrituras de 4 a 6, de ninguna manera con la risa). Trapiquini seguía con el Z.A.M.B.O. loqueándose por el recontra pisoteado Tontódromo (la principalísima avenida de la católica) cuando se encontraron con las muchachas A, B y C. Era un tranquilo viernes de verano y todos se preguntan ‘¿qué planes?’.<br /></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"><br />“Jajajajajeueuejuj puta, no sabemos todavía, pero de todas maneras vamos a estar un rato en ‘El Hueco’ después de clases. Habla, ¿se apuntan? Fácil después la seguimos en otro lado juejueajaja.” Trapiquini ABRE LOS OJOS HAARTO y mira al piso sin saber bien por qué.<br /></div><div align="justify"></div><div align="justify"> </div><div align="justify">“¡Claro, bravaso! Sería imposible no caer en la tentación que representan sus pelos largos y sus ropas relativamente excéntricas. Ahora que estamos en la universidad, no podemos esperar a mandar a la reputa mierda a nuestras familias saliendo con un chico de aires intelectual-artísticos y pinta semiurbana-bohemia-filosofal-radioactiva. ¿Alguno de ustedes se considera bisexual? ¡Yo lo quiero!”<br /></div><div align="justify">Trapiquini sacudió la cabeza un par de veces, agitó sus manos frente a sus ojos y luego se dio cuenta de que la respuesta que había escuchado en su mente no había sido exactamente igual a lo que A, B y C dijeron en verdad. Igual ya estaban muy lejos como para preguntarles de nuevo. El Z.A.M.B.O. estaba tirado en el pasto del costado, mirando fijamente a un venado que iba pasando, y lo siguió arrastrándose lentamente. Moraleja: ¿Sólo un par de hits acá nomás? Ni cagaaando cholo qué hablaaaaasss.<br /></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"><br /><br /></div><div align="justify">Nótese que para futuras referencias A, B y C deben (y merecen) pronunciarse como A (ei), B (bi) y C (si). Gracias.</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-29690744242312610752009-03-25T00:43:00.005-05:002009-03-25T01:11:46.045-05:00Trapiquini y la yentiii: presente<div align="justify">Dice que la otra vez estaba tranqui en los pastitos de la católica un varón flacuchento y con pinta media artística, conocido en la rotonda y lugares aledaños a la alzadísima facultad de letras como Trapiquini. No es un ser muy especial, pero junto a sus amigos y demás personajes del entorno universitario, de vez en cuando se generan episodios insólitos que merecen contarse. Estas cojudeces sin sentido son producto de la mezcla de infancias malditas y meditaciones adolescentes eclécticas. Yo solo se que nada se y váyanse todos al carajo.</div><br /><div align="justify"></div><br /><p align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdN-h2_rnTbA6uSwSyzq3gscX1qBlaLUjr6tm7Njpn0Dj-RbCCdY9H122Fou3lHIFSHVE0R_UJsq53li7e8OIG8SlLjLpr8NxZde5L39-s-9iFrp1IUZzAhrfmJw0m7bwEgqJAaA/s1600-h/monkey_finger.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5317002344814204386" style="WIDTH: 299px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdN-h2_rnTbA6uSwSyzq3gscX1qBlaLUjr6tm7Njpn0Dj-RbCCdY9H122Fou3lHIFSHVE0R_UJsq53li7e8OIG8SlLjLpr8NxZde5L39-s-9iFrp1IUZzAhrfmJw0m7bwEgqJAaA/s320/monkey_finger.jpg" border="0" /></a></p><div align="justify"><br /><br />Primero lo primero y que nadie joda si no les gusta lo que se tiene que decir. Las historias que voy a relatar no buscan reflejar la vida estando en la universidad ni ninguna mierda que tenga que ver con críticas o mensajes o cosas elaboradas que tengan un fin o propósito. Lo que vengo a contar no es tu vida ni mi vida, es la vida de gente rara, gente cagada por un sinfín de huevadas, gente normal, gente real y jodidamente complicada. No estoy hablando acá sobre adolescentes reales con problemas reales porque hay suficiente televisión para eso y porque me llega al pincho. Ojalá no te sientas identificado. Fácil lees un poco y terminas diciendo, ¿ya y? y entonces no hay respuesta pues. Caos inmaduro, esa es la respuesta. Entonces quizás si vengo a contar tu vida, y también la mía. Porque así seas una cagada insignificante, todos vivimos una película bizarra. Y a veces merece contarse.<br /><br />A ya ahora antes de empezar (esta si es la última advertencia), quiero decir que la gente para arrecha, así que fácil la cosa se pone bien porno de vez en cuando y seguro todo bacán con tanto pajero que hay, pero si tu hermano chibolo llega del colegio hablando sobre cómo hizo Trapiquini para chuparle las tetas a una zorra del Tizón y aguantarse el buitre de lo borracho que estaba, no jodas y la próxima no dejes abierta esta huevada en tu laptop o tu computer, también no vaya a ser que tu vieja se escandalice. Siendo sincero, pura alucinada porque no creo que sea para tanto pero más vale prevenir que lamentar. Ya ahora si.<br /><br />La primera historia viene la próxima semana así que atentos jaaaa!... a la firme. A y si alguien lee esto y se digna a comentar pongan qué les parece esta vaina.</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-75324876542560806022009-02-02T15:13:00.000-05:002009-02-02T15:15:02.602-05:00Aire<div align="justify">Estaba tratando de escribir algo en la computadora cuando volteé hacia la terraza. En el edificio de enfrente, una bandera del Perú se ondea, libre, desenfrenada. Lo que la bandera no sabe es que no es ella la que se mueve. Al final del día, todo se remite a las fuerzas aleatorias del viento. Alta en el cielo, la bandera se presenta todopoderosa. Sin embargo, su grandeza sigue siendo un mero capricho del viento gentil de este verano que no deja de atormentarme. Escribir es imposible. Hoy solo escribiría de mujeres, de altares psicodélicos en bares, en veredas, de diosas letales. De una en especial. Y aún si llegase a armar oraciones y párrafos, no tendrían sentido. No sonarían bien.<br /><br />Hoy me tiemblan las manos. Hoy dos gallinazos se han plantado en el techo del edificio de enfrente, y me miran con odio. Ya no veo banderas llenas de pretensiones.</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-39971684735699001682009-01-17T19:12:00.002-05:002009-01-17T19:15:30.615-05:00Perversión<div align="justify">Hay risas, conversación enérgica, y mujeres activadas por los efectos del vodka, endulzado con jugo de granadina. Hay mujeres mareadas e indefensas. Todos fijan sus miras, cada uno apuntando a una presa distinta. No es una cacería, es una ejecución. Tú te apartas del grupo, y sólo quieres desmayarte. Piensas en su cuerpo semidesnudo, en sus besos que te dicen que te quiere adentro suyo, y sólo quieres desmayarte.<br /><br />La noche sigue su curso y ya varios han cumplido su objetivo de la noche, un par en el baño, dos parejas en el camarote del cuarto de servicio. Tu cuarto sigue vacío. Estás solo en la terraza, prendes un cigarro y le das un largo trago al vaso de whisky que te acabas de servir. Un trago autodestructivo. Pones cara de que no te gusta.<br /><br />Pero te gusta mucho. Vuela tu mente en la idea del placer autodestructivo. Y piensas en ella, en sus ojos, y en cómo se muerde los labios. Le das otro trago al vaso, te sientas en el piso. En la sala, siguen las risas, las botellas vacías y las mujeres mareadas. No te interesa. Igual de alguna manera sigues siendo parte del juego. Ahí, tirado en el piso, siendo dueño de casa, llamas la atención de una chica relativamente atractiva. Quizá proyectas una imagen misteriosa, un espectro oscuro. Se te acerca, tambaleándose. Prende un cigarro y te pregunta qué haces ahí. La miras, y le dices, - Esperándote.<br /><br />En tu cuarto, la besas con odio. Todo su cuerpo es tuyo. La lames, y sabe a whisky con sudor. Carne. Un banquete autodestructivo. Le aprietas los senos, su respiración se hace más fuerte. Más agitada. Tomas sus manos, haces que levante los brazos. La dominas. Dejas de besarla por un momento y la miras con desprecio sutil. Luego le muerdes el labio inferior, y ella gime. El resto es perversión.<br /><br />La chica de belleza relativa se ha ido, quedan tus sábanas desordenadas y húmedas, quedan tus sábanas sucias. Y sin saber bien por qué, lloras. Lloras un poco, y sientes que algo se come tus entrañas. Piensas en ella, no en la chica, sino en ella, piensas en sus ojos. En el movimiento de su pelo. Necesitas un trago. Necesitas evitar preguntarte muchas cosas. Afuera todavía hay bulla, probablemente varios de los muchachos celebran. Tú deberías celebrar. Pero has llorado. Son las cuatro de la mañana. ¿Dónde quedaron tus sentimientos, tu corazón? Necesitas un trago.<br /><br />Sacudes la cabeza, pones la mente en blanco y sales de tu cuarto. Y te cagas de risa. Ya te odiarás al día siguiente, pero esta noche los muchachos esperan. Relatas el acto. Ha sido una buena noche para todos. Eso es lo que repites en tu cabeza. Ya te odiarás al día siguiente.</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-74850776162845301372009-01-06T00:41:00.003-05:002009-01-06T00:46:40.828-05:00Si fuera a escribir<div align="justify">- Si fuera a escribir sobre estos días, probablemente sería solo acerca de ti. Todo lo demás parece tan insignificante. Si fuera a escribir sobre esta noche, repetiría tu nombre varias veces.<br /><br />Ella no responde. La noche sigue su curso, hay risas, hay cabezas que se sacuden, hay dos botellas de pisco vacías y viene una más. El mar ruge, no muy lejos, y el latir de mi corazón se acomoda a su ritmo. ¿Qué decir? Ella parece extrañada, y de pronto siento que la conversación ha tomado un giro suicida. Miro mi vaso vacío, prendo un cigarro. Decido preguntarle si acaso he dicho algo malo.<br /><br />¿He dicho algo malo? Por supuesto que si. Mis palabras teñidas de romance y alcohol no han sido bienvenidas, de eso estoy seguro. Sin embargo, aunque ella no responde, mueve la cabeza en signo de negación. Parece quedarse pensando un rato. ¿Qué tan confundida puede estar?<br /><br />- No esperaba que me dijeras algo así, eso es todo.<br /><br />Luego ella sonríe.<br /><br />- Simplemente fue algo que se me ocurrió y lo dije, siempre he pensado que es mejor decir algo antes que luego mirar atrás y preguntarse qué hubiera pasado. Aunque puede que esta vez me haya equivocado, quizá sonó muy raro. Quizá he tomado mucho. En fin, este, ¿de qué conversábamos antes?<br /><br />No dijimos nada y la bulla de los demás nos jaló de vuelta a la noche de tragos y risas. Yo estuve tranquilo y borracho hasta que todos empezaron a irse. Mientras me tambaleaba tratando de pararme de mi silla, ella tomó mi mano y me dio un beso. Un besito inocente en el cachete.<br /><br />Si fuera a escribir sobre esos días, sólo pondría su nombre. Lo demás no tendría sentido, pues ni yo lo entiendo hasta ahora.<br /><br /></div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-27390942219014594662008-09-10T11:12:00.002-05:002008-09-10T11:15:20.740-05:00En el mundo geométrico<div align="justify">En el mundo geométrico, no existen más que figuras ideales. El paisaje ante el que me encuentro solo puede ser visto a través de un caleidoscopio que no para de dar vueltas. Los colores saltan y vuelven, su movimiento es constante pero aleatorio. En mi cabeza ha quedado perpetuo un instante. Se ha repetido en mi memoria por lo menos veintisiete veces. Voy a contarlo, para escapar de él.<br /></div><div align="justify"></div><div align="justify">No existe el cielo. El fondo es azul y celeste a la vez. Veo dos círculos gigantes, verdes, delineados de negro, como pintado con aerosol. Uno encima del otro, solo que un poquito al costado.<br /></div><div align="justify">No existen los planos. Dos millones de triángulos morados parecen estar sobre una superficie anaranjada (pero no hay superficies en el mundo geométrico). Son dos grupos separados, atravezados por varias líneas rojas fosforecentes líquidas. Parecen teñir un poco todo el paisaje. Estoy algo mareado.<br /></div><div align="justify"></div><div align="justify">La imágen huele a muerte de neón. Huele a plástico de juguetes. Me gustaría entrar al mundo geométrico. Dicen que detrás de cada triángulo se esconde un payaso hecho con figuras aún desconocidas para el hombre.<br /></div><div align="justify">En ese instante, quise conocer a todos los payasos. Escuchar todas las risas.<br /></div><div align="justify">Hoy siento dos manos negro en silencio tapar mis ojos, y tengo náuseas.</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-76791256832786069632008-09-08T21:53:00.003-05:002008-09-08T21:59:32.095-05:00PLATINIUM<div align="justify">Una puta se sentó en mis piernas y me preguntó si quería algún trago. No sabe que en mi monedero no hay más que tres soles ochenta. Había entrado al local como si fuera la basura más pudiente de Lima. La puta siguió sonriente, intentando conversar conmigo, tocándome la entrepierna de vez en cuando. Me pidió un cigarro. Verla fumar, ver una puta darle un pitada a mi cigarro, sentada en mis piernas, dispuesta a todo por dinero, hizo que el ambiente adquiriera un carácter bizarro y arrecho. El humo, el neón, la bailarina en el poste del fondo. La desnudez de sus senos. Mi adolescencia inexperta, entusiasmada. La esencia de todo eso atrapada en un cartel gigante frente a la vía expresa.<br /></div><div align="justify"> </div><div align="justify">PLATINIUM.<br /></div><div align="justify">Aparece un cabro y me dice: Hi, do you speak english? </div><div align="justify"> </div><div align="justify">Estamos en el segundo piso, en una especie de palco con vista al escenario. Me explica en un inglés masticado y a medias cómo hacer para levantarse a alguna de las chicas. Cualquiera de las putas sube a acompañarte si compras una bebida. Cincuenta soles. Me da un par de tarifas más, me ofrece el cuarto privado, etc. Me pregunta si es la primera vez que entro a un night club. Le digo que sí. Se ríe disforzada como la loca que es.<br /></div><div align="justify"> </div><div align="justify">Finalmente dejamos de hablar en inglés y le digo que soy peruano. Me mira extrañado y se va.<br /></div><div align="justify">Mis amigos se divierten. La puta que me tocaba a mí se ha ido, no le caí bien o se dio cuenta de mi deplorable situación económica. Me siento y disfruto -aunque con algo de miedo- un par de tragos de la cerveza de cortesía. Sale la siguiente bailarina. Sigo su rutina con cuidado e interés. Juega con los espejos, domina el poste con soberbia habilidad, es ágil y flexible. Termina y de salida se cubre con una manta. Tiene la cara completamente demacrada, vi en su expresión un espíritu quebrado. No siento pena. No siento nada.<br /></div><div align="justify"> </div><div align="justify">Bajo las escaleras al primer piso. Me siento al costado de Unbroder mientras le habla a una puta equis. Se ríen y conversan con fluidez. Yo no se qué decir. No tengo idea de qué se puede conversar con una puta. ¿Por qué tengo tan presente que venden su cuerpo por dinero, por necesidad, y que probablemente sean miserables y tristes y alguien les pegue y vivan en un lugar de mierda? Unbroder parece estar con una chica cualquiera. Definitivamente tiene más calle que yo en cuanto a estos sitios. Ella me señala y pregunta si acaso no me gustan las mujeres.<br /></div><div align="justify">No es eso. Lo que pasa es que estoy enamorado -le digo, estupidísimo, mientras Unbroder mueve la cabeza en signo de desaprobación.</div><div align="justify"> </div><div align="justify">Entonces, ¿Qué haces acá? -la puta esta confiada en lo letal de su réplica. Unbroder se ríe. Ella lo goza.<br /></div><div align="justify"> </div><div align="justify">Pienso en la serie de eventos que me trajeron a este lugar.<br /></div><div align="justify">No tengo idea. Podría continuar...</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-21162726834349796352008-09-04T20:31:00.007-05:002008-09-04T20:46:10.043-05:00Choque de realidad<div align="justify">Ella caminaba como si no entendiera. Como si fuera nada. Me distraje catorce cuadrados de la vereda intrigado por miles de grietas y deformaciones causadas por la lluvia y los qué-se-yo del mundo a través de los años. Su mirada seguía fija hacia el final de la cuadra. Sentí un dolor amargo apoderarse del funcionar de mi mente.<br /><br />Siempre estuvo medio paso adelante.<br /><br />Una señal PARE se avalanzó sobre mí, cortándome el cuello. Mi garganta ahogada en sangre salpicaba manchas que gritaban que yo la quería, que se diera cuenta.<br /><br />Nunca volteó.<br /><br />Agonizando me arrastré en dirección opuesta, dejando atrás la pintura del llanto de todas mis venas, sabiendo que al día siguiente nadie se enteraría gracias a las gentes de limpieza.</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-88458420815608920902008-08-13T11:30:00.001-05:002008-08-13T11:35:06.800-05:00Muerte sucia y pendeja<div align="justify">Extiende tu mano y dame una moneda.<br /></div><div align="justify"></div><div align="justify">Esa niña.<br /></div><div align="justify">Sus ojos clavados en la parte de atrás de mi cabeza. Siento su imagen acosándome, destruyéndome. No hay sábanas suficientes en el mundo para taparme ni fuerzas para cerrar los ojos y perderse en un sueño mojado. Ya no puedo (muerte sucia y pendeja).<br /></div><div align="justify"></div><div align="justify">Hola.<br /></div><div align="justify">Extiende tu mano y dame una moneda. Repite la oración en tu cabeza mil quinientas diecisiete veces. Siente como tus ojos se van volviendo piedra con cada palabra. Empiezas a llorar tierra. Tienes ganas de gritar, de salir corriendo. Sabes que no puedes. Saboreas una voz por encima del hombro, una lengua que entra por tu oreja. Te despierta y estás atento.<br /></div><div align="justify">Se escucha una melodía de fondo. Una canción de niños. Garras negras te atrapan y escarban tus tripas. Hay sangre por todas partes. Tus ojos piedra se tiñen de rojo. La niña se ríe detrás tuyo. La ves tan claramente. Todo tiene un tenebroso sentido romántico. La niña va rompiendo uno por uno los dedos de su mano. Sientes cómo te acaricia el cuello mientras tus ojos empiezan a dar vueltas sin parar. Toda la sangre, todos los huesos rotos. Toda tu mente, toda hecha mierda.<br /></div><div align="justify">Se escucha una melodía de fondo. Extiende tu mano y dame una moneda. </div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-57534068270889722042008-08-01T14:36:00.002-05:002008-08-01T14:50:54.698-05:00En el Coloso<div align="justify">Me despertaron todos los gallos del mundo. Sus cantos sabían a pisco, a tierra mezclada con sangre. En sus cantos oía la muerte, la furia. Me despertaron y el sol me hizo bajar los ojos. Así fuera de noche se bajaban solitos, se están muriendo.<br /><br />El tiempo no corre. Junto los fragmentos de la noche que siguen frágiles.<br /><br />Todas las navajas están volando.<br /><br />En el coliseo, todos fuimos gallos. Todos vimos al ojo del animal y le pedimos que matara por nosotros, que se desangrara en nuestros nombres. Nosotros no podemos, pero ellos cumplen.<br /><br />Voy izquierda.<br /><br />En el primer salto, yo fui gallo. Caí picando, caí jodiendo.<br /><br />Las navajas siguen volando. Yo ya no puedo, pero sigo oyendo esos cantos.</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-89938569895323818602008-08-01T13:43:00.008-05:002008-08-04T02:12:23.862-05:00Nada de floro<div align="justify">Cómo no le hablé, si yo tengo buen floro. Ni siquiera un besito inocente, un saludo o una mirada. Su nombre golpea la almohada y no deja dormir. </div><div align="justify"></div><div align="justify">Desde que la vi, pensé que era demasiado. No la esperaba para nada. De entrada, ya me había ganado.<br /></div><div align="justify">Maricón. La tuve a mi costado un momento, le invité un vaso de cerveza. Me dijo, no gracias. Mil doscientas navajas me cortaron la lengua. Tanto trago adentro por las huevas. ¿Qué chucha me pasa? Quedé muerto. Me enterré en silencio, sin decirle a nadie. Nunca me velaron. No hay lápida para mi tumba, pero se llama vergüenza.<br /></div><div align="justify">Su belleza era impredecible. Su caminar, sus gestos. Amarraban mis ojos y hacían que no respirara. Nunca supe qué hacer. Apenas pasaba, inventaba conversaciones con ella que jamás se dieron.<br /></div><div align="justify"></div><div align="justify">Su belleza era innegable. Morena, delgada. Sensual y sin querer, fatal su mirada que nunca fue mía. </div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">Si bailaba, yo le cantaba todas las canciones. </div><div align="justify"></div><div align="justify">No se dio cuenta. </div><div align="justify"></div><div align="justify">Cómo no la saqué. Bailaba bonito. Se movía fina, con gracia. También se reía. A veces la miraba de reojo para no hacer roche.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Nunca se dio cuenta.</div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">Son huevadas. Imagínense. Si yo tengo buen floro. Qué va a ser.<br /></div><div align="justify">Quién sabe si algún día me la encuentro. Su nombre sigue golpeando la almohada mientras ruego que se acuerde del mío. No creo. Probablemente igual no diga nada.<br /></div><div align="justify"></div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-72248663703765680192008-07-23T01:53:00.003-05:002008-07-23T01:58:00.795-05:00Gata Negra (yo no sabía)<div align="justify">Anoche no te vi, pero te vi de todas formas. Te sentí tan indiferente. Te descubrí tan fugaz. No quise molestarte. No intenté atraparte (tanto te he buscado que ya no se puede, no sabría qué hacer de todas formas).<br /><br />Eras mentira, por dentro lo sabía. Eras mentira, no faltaron voces en el camino que me decían, mancito, broder, no la sigas. No trates, no persigas. Tus huellas siempre fueron de arena mojada (yo las perseguía mientras se borraban), siempre se quedaron en la orilla. Las olas que te abatían nunca fueron mías (aunque tratara, yo las quería). No me dejaste. Eras mentira, lo presentía. Probablemente mañana no me acuerde, probablemente ya no duela:<br /><br />Poder decirte nada. Y nada más.<br /><br />No sabía que eras gata negra. Me engañaron las lunas delante de tus ojos, hacían parecer todo un poquito más cerca.<br /><br />¿Cómo pensé que tu risa, que tus miradas bastarían? Bastaron para mí. Siento el silencio golpear mis costillas. Duele lo insignificante que parece. Son huevadas.<br /><br />Yo no sabía que eras gata negra, ni que al cruzarme contigo, todo se iría a la mierda.<br /><br />De todas maneras creo que no lo cambiaría. Siguen siendo huevadas. </div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-52453303078486787702008-07-13T22:04:00.003-05:002008-08-04T02:14:31.020-05:00Absinthe<div align="justify">Corre mierda, corre. Salta. ¡PUM! por encima del carro. Sigue corriendo, deja atrás la alarma. Qué chucha los huachimanes, las luces de las ventanas de los edificios que se despavilan al escuchar tanto alboroto. Salta de nuevo. ¡PUM! por encima del carro. Aguanta, respira. Voltea en la esquina. Recupera el aire. Camina, conchudo, mirando sorprendido. Contigo no es el problema. Tú eres un borracho despreocupado e inofensivo. El sereno no se la traga, tu actuación bien pobre, te sientes cubierto de mermelada verde que sabe a anís y te seduce, y te calienta poquito poco hasta bastante. Ahora con furia; corre mierda, corre.<br /><br />Ya le agarraste el ritmo. Salta. ¡PUM! por encima del carro. ¿Por qué? Porque, mierda, porque se puede. Porque se vuela. Porque se se siente trasgresor, desafiante. Libre.<br /><br />¡PUM! por encima del carr- Te sacaste la mierda. No me mires, NO ME MIRES, MIERDA.<br /><br />Corre como nunca.<br /><br />Corre porque la ley te persigue, y no duerme. Tú duermes. La ley, no. Sus ojos son computadoras de las antiguas, de las que parecen más robóticas. Todo esta medio lento, ¿no? Corre y siente en cada paso tu miseria, tu sin sentido, tu cojudez, tu adolescencia.<br /><br />Hola- no, no me mires.<br /><br />Soy un duende verde parado en tu hombro derecho. NO ME MIRES. Soy un duende que te duerme el cerebro mientras despierta en tu ser animal sentidos desconocidos, obligados a perderse por tu racionalidad recontra cabrísima.<br /><br />It's definately overrated. Cabrito.<br /><br />Soy un duende que te derrite el cerebro y te dice que te mueras fundido. Soy un eclipse. Soy un espiral a través del tiempo, verde.<br /><br />Soy absintio.- y me cago en tu madre. MUAHAHAHAHAHA (en letras verdes, gigantescas). </div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-66227705346974895932008-07-11T14:31:00.004-05:002008-07-11T14:47:14.670-05:00Esperando en fila<p align="justify">Un monstruo se avalanzó sobre todas mis mujeres. Se las tragó mientras se reían, mientras se miraban en el espejo, mientras se acariciaban inocentemente, cruelmente. Un monstruo se avalanzó sobre todas mis mujeres y se las comió. Su estómago vibraba al ritmo de la música mezclada con sus risas. Mis mujeres se movían y sudaban. Bailaban y seducían. Disfrutaban el viaje por las entrañas del monstruo. Se consumían en el placer de lo superficial, de lo deliciosamente vacío y sin sentido. El monstruo reía.<br /><br /></p><p align="justify">Yo quería que me comiera. Que me tragara. Yo se lo pedía, le rogaba. Desde adentro del monstruo escuchaba su voz, la de la más linda de todas. Ella también se perdía de placer. Volteaba los ojos y se mordía los labios. Juntaba las piernas y movía la cabeza mientras una dulce sensación de pecado atravesaba todo su cuerpo. Le gustaba sentirse utilizada.<br /><br /></p><p align="justify">Yo no tengo a dónde ir. Sigo esperando.<br /><br /></p><p align="justify">El monstruo me vio destrozado, y me dijo: - No, no, no man, go fuck yourself.<br /><br /></p><p align="justify">Ella no pensó en mí ni por un segundo.<br />Yo no tengo a dónde ir.</p>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-14288537605877451972008-06-29T11:18:00.001-05:002008-06-29T11:25:48.567-05:00Yo<p>Yo hablo de cosas que valen</p><p>como la zorra que me agarré</p><p>o la que no me quiso agarrar</p><p>y sobre mejor no te cuento. Yo</p><p>hablo de cosas que valen</p><p>como el sesenta-y-nueve</p><p>y la legalización de la hierba. YO</p><p>hablo de cosas que valen</p><p>chupando aquí y allá</p><p>sobre los besos que casi, casito me diste</p><p>y a nadie parece importarle.</p>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-26655760364852650352008-04-14T13:13:00.003-05:002008-08-01T18:10:43.363-05:00Marte<div align="justify">¿Qué sentir cuando, por la tarde, ves el reflejo del sol en un edificio?<br /></div><div align="justify">Y te das cuenta que todo alrededor es rojo, y que el piso es rojo, y que el cielo es rojo, y el humo de tu cigarro, rojo, y el vaso de ron, rojo, y rojo tú por dentro.<br /></div><div align="justify"></div><div align="justify">Ves una nave, una motocicleta volando hacia la neblina que rodea la luna, roja, y rojo el dolor del mundo, rojo el llorar de los arboles, rojo lo estoico en las piedras, rojo el recuerdo de las arenas en el desierto. </div><div align="justify"></div><div align="justify">Rojo tu corazón helado, rojo tu corazón ardiendo. Rojos los dos soles que se pierden en el firmamento, en sentidos opuestos, y roja el aura que te envuelve, es la civilización, es un robot, es el cáncer de la tierra, una enfermedad llena de cables.<br /></div><div align="justify"></div><div align="justify">Ya ni escuchas tu pensamiento en el ruido, en la bulla de lo desconsiderado, en el tráfico de luces, todas rojas hoy.<br /></div><div align="justify"></div><div align="justify">Roja tu alma que grita, que llora lágrimas rojas, que se queman, y tiñen de rojo las veredas, donde se dibuja, en tiza roja, cuerpo sobre cuerpo muerto.<br /></div><div align="justify"></div><div align="justify">Toma la sangre, del pueblo perdido, del gemido angustiado, destrúyete en ella, mientras sudas sangre, mientras tus ojos rojos, no ven nada, y se quema tu mirada.<br /></div><div align="justify"></div><div align="justify">De pronto se eleva, un fantasma rojo en el cielo, que te llama, y te dice: Salta. </div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">Diez minutos después, cae gris tu sentir, y te olvidas de todo. Cae gris el inicio de la noche, a las siete y trece.</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-27648123662187973422008-04-14T11:51:00.002-05:002008-04-14T12:10:15.458-05:00Luz amarilla, de un poste a la vereda<strong>I. Soy un vaso</strong><br /><br />Volteándose a la botella<br />permanece<br />el vaso vacío<br />y medio lleno<br />me habla de colores<br />me habla con palabras que<br />siento mías, siento perfectas<br />y al ritmo del vaso<br />prenderme a su paso<br />y viajar su viaje extraño<br />al sentir un sueño propio.<br /><br />Qué pintas vaso,<br />medio vacío tan lleno<br />me pinta soñando<br />ganando y perdiendo<br />me pinta atrapado<br />me pinta y yo no lo hago.<br /><br />Ya no entiendo su discurso<br />y entonces prefiere<br />callar<br />y escucharme a mi callado<br />pensando en que a tu lado<br />nunca nada era difícil, ¡Ay<br />vaso no te burles<br />de mi verso trillado!<br />que si sueno a enamorado<br />culpa no a mi corazón<br />sino a tu pintura<br />sino a tus colores<br />sino a tus palabras<br /><br />Vaso vacío<br />y tan lleno, tan<br />por sobre todo lo que tengo<br />a ti te tengo, y encuentro<br />en tu poción salvaje<br />que escuchas, que entiendes<br />y te vuelves parte mía<br />cuando soy completamente un vaso<br />que a veces esta medio<br />pero casi siempre vacío.<br /><br /><br /><strong>II. Y camino extraviado</strong><br /><strong></strong><br />Camino por la vereda<br />camino entre las sombras de los arboles<br />yo camino, y a la vez<br />paso a paso retrocedo<br />y de nuevo avanzo<br />y no me quedo porque me llevan<br />me llevan aguas turbias<br />me lleva un sentir confuso<br />camino entre sombras y bloques<br />de piedra, de acero<br />grises y al verlos<br />camino de noche, con ojos de noche<br />sin piso ni cielo.<br /><br />Mi camino es uno<br />que aún no ha sido trazado<br />y sin embargo han caminado<br />muchos otros<br />ojos trasnochados<br /><br />y el destino me espera<br />sin yo haberlo llamado<br />camino ahora al borde de la vereda<br />hay luces a mi lado<br />perdiéndose avanzando.<br />¿Por qué mi caminar no trazado<br />no rueda al son de los faros?<br /><br />Me miran sin que yo los quiera<br />y de un monte, al lado<br />me buscan entre sirenas<br />qué paso mi pie ha dado<br />qué buscan<br />me buscan atolondrados -<br /><br />salen del monte, cabalgando<br />y no tengo miedo ni furia ni paz ni pereza<br />son espectros<br />oscuros y a la vez<br />tan claros<br />claros a mis ojos trasnochados<br />claros en la luz de cada faro.<br /><br />¿Por qué al ver la otra vereda<br />siento inútil mi camino?<br />y digo<br />no<br />es que hay huellas del pasado<br />que no quiero hoy pisar<br />y en mi particular caminar<br />busco yo también algo<br />busco mi reflejo perdido<br />y tus ojos<br />extraviados<br />no quiero caminar, sino volar<br />y a pasos que no entiendo<br />me siguen llevando<br />aguas turbias<br />y un sentir foráneo.<br /><br /><br /><strong>III. Pues soy el hijo</strong><br /><strong></strong><br />Soy el hijo bastardo<br />de la tierra<br />del caos<br />y las falsas estrellas<br />nacido en el humo<br />y a la luz de postes amargos<br />de ojos angustiados<br />que a la espera de un paisaje armonioso<br />se marchitan<br />como la rosa no correspondida<br />en la mano<br />de un amante derrotado.<br />Son postes como esos<br />mis hermanos<br />y lloran conmigo<br />perlas de fantasía<br />que se revelan en el silencio<br />de lo oxidado.<br /><br />Soy ceniza en la vereda<br />y una marca masticada, hecha negra<br />barrida al dolor de los quiebres<br />en la brea y en el cemento de la memoria<br />de lo que alguna vez fue sol,<br />y mar y sonrisa, quedan huellas.<br /><strong></strong><br />Soy el hijo bastardo<br />del transtorno<br />de las voces en la avenida.<br /><br />Soy una lágrima amarga<br />que se esconde<br />en risas floreadas de plástico<br />y desespero<br />pues desespera<br />el temblar de mi mano.<br /><br /><div align="right">Joc</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-76552293590238343502008-02-25T23:09:00.003-05:002008-02-25T23:21:37.616-05:00Yo<div align="justify">Aún no he muerto.<br /><br />Humo y gritos alrededor.<br /><br />Una puerta una camisa, bienestar y una sonrisa, a cuadros que no entiendo. La sonrisa.<br /><br />¿La camisa? Dime que no es eso lo que veo. Y si es que vuelo, no me cuentes en la lista de los desamparados. Yo sólo quería sentir, yo sólo quería probar.<br /><br />De repente un día como cualquiera, sea en verdad un día cualquiera. Hasta ese momento<br /><br /> aún no he muerto. Joc.</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-77056842659436412982008-02-25T23:07:00.001-05:002008-02-25T23:09:33.466-05:00Luces del Semáforo.<div align="justify">Hace un par de noches fui a un concierto en Gó-ti-ca, el lugar del momento, a donde no entras si llevas puestas tus tabas de pichanga o, de repente, el fiel polo blanco de la liga contra el cáncer. Bajo las escaleras para descubrir que Gótica tiene una especie de lounge-bar al costadito de la discoteca. Chévere, pienso, y con mis dos patas camino sin rumbo, como quien dice, a ver cómo es la huevada. ARMY-MEN, el men del Ejército (la avenida, no es soldado), se acerca a la barra, ingénuo, como si fuera a comprarse un trago. Todos sabemos que nunca iba a suceder, pero existía esa pequeña y tan obviamente falsa esperanza de infante que nos decía puta cholo fácil es 2x1, ladies night, happy hour, tu qué chucha sabes, ¿no? Siempre esta esa posibilidad. No sucedió. Sigamos.<br /></div><div align="justify">Para hacerla corta, salimos, miramos, chequeamos, nos reímos, volvimos a entrar y puta madre, ya van a empezar a tocar, la gente se empuja y siento mi espacio personal completamente violado por un huevoncito que al parecer estaba completamente en contra del desodorante, la colonia, el aseo personal, el agua y la buena presencia en general. Mueven los muebles del lounge-bar (puta qué sofisticado) para hacer espacio. Me cuelo por un costadito y estoy bien colocado. Una amiga está al frente mío y al parecer no confía en mis buenas intenciones de protegerla contra todo villano, fácil porque al ofrecerle mis servicios prácticamente le estaba chupando la oreja, uno nunca sabe. Yo me considero todo un caballero. Esperamos como mierda. Nadie sale al escenario. Entonces, pienso, hay un tiempo de reflexión. No muchos se dan cuenta y todos parecen aburridos y acalorados (calor de mierda). Miro alrededor y le dedico mi atención y breve razonamiento a la primera imágen que me cruzo: una botella gigante de Bailey's pintada en una pared entera. La mierda, digo en voz alta. Esto es, ni más ni menos, el ícono máximo del culto al trago. Esa botella gigante es un ídolo, un superior, al que le bailas, por el que bailas, el que te brinda gozo y diversión, placer interminable, mujeres deshinibidas y liberadas (fáciles), qué se yo. Definitivamente, el trago es la cagada y me resulta muy interesante reflexionar sobre el culto que atrae. Seriedad total. Termina mi trance y pienso mierda a qué hora van a salir estos huevones. Hoy toca: La Mente. Aparecen WOOO YEAHH OUCH.<br /></div><div align="justify">POOF terminó el concierto. Salté, golpeé (me golpearon), canté, grité, lloré (no), toda la nota. Muy genial, muy divertido. Estoy completamente empapado en sudor y probablemente en el sudor de otros. Había este gordo que puta, es otra historia. Camino y llego con ARMY-MEN a Vivanda. Son las 3 am, hora perfecta para esperar en la puerta hasta que salga alguna anciana y robarle su comida. JAAJJAJA no mentira. En busca de hidratación, ARMY-MEN se compra dos litros y medio de agua. Yo, una pecsi sin pizza (asi es el chiste, ¿no?). Descansando y tomando en las escaleras de la entrada, sale caminando un chibolo con una gaseosa. El conche decide abrirla en las escaleras, y decide chorrearla. Casi me cae. Le digo, ¡Puta! Casi ah. Lo primero que hizo el patín este fue disculparse y pensar en voz alta que debería también disculparse con los que limpian. Mierda, ¿loco no? Quién piensa eso. Se sienta a mi lado. Me pide si le puedo abrir su gaseosa. A ver. No puedo, está media atascada (y por eso se chorreo). ¿ARMY-MEN? Listo. Hay un par de recontraidiotas al otro lado de la escalera, comiendo rollos y hablando mariconadas (al menos es lo que presumo). El niño choche les pide un poco de rollo, no le dan. No digo que sean malos, tampoco mostraron su generosidad, pero qué se les puede decir: probablemente yo tampoco le hubiera invitado ni mierda de mi rollo a un chibolo de la calle. ¿Por qué? Aunque suene feo, uno piensa: ¿Dónde chucha habrá estado esa boca? Yo te digo, no creo que un chibolo de la calle coma caca. No va a ser muy diferente que cuando le invitabas gaseosa a tu causa del colegio después del recreo, va a ser igual de limpio o sucio. Pero es lo que uno piensa. En fin, viendo al chochera este paradito al costado, se notaba que se cagaba de hambre. ARMY-MEN lo llama (de una manera muy 'ven que te voy a violar' a mi parecer) y conversamos un rato. ¿Dónde vives? Le pregunto. No me dice ni mierda. Estos chibolos a veces están cagados en la cabeza, por un sinfín de huevadas, tú qué sabes, en esta país hay de todo. Vienen medios locuaces. Medios loquibambia. Mientras yo cuido los dos litros y medio de agua de ARMY-MEN, él se va con el choche a comprarle algo de comer. Regresan después de un rato con un par de empanadas. Mientras nuestro nuevo causa las va devorando a velocidad significativa, voltea y me dice: ¡Este si es un almuerzo miraflorino! Son las 4 am. Puta madre. Quién dice eso. A nuestro amigo le quedan un par de horas en la calle, hasta que pase un micro que lo lleve a su casa. Yo sigo sentado en las escaleras de la entrada de vivanda, viendo como cambian las luces del semáforo, pensando en la gente que siempre se encuentra, al frente del camino nunca recorrido, una luz roja que no la deja avanzar. Joc.<br /></div><div align="justify"> </div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-86015116200425971332008-02-25T23:05:00.001-05:002008-02-25T23:07:43.715-05:00Martes de Gótica<div align="justify">Yo no sé qué pasa con el mundo algunas veces que sin querer me encuentro frente a situaciones de lo más extrañas. Extrañas para mí, por lo menos. Lugares y momentos de los más cotidianos para unos cuantos, mezclados con algo de mi excentricidad y locura general, se vuelven, bueno, lo que escribo. Hoy: Gó-ti-ca. ÉL lugar donde uno quiere estar, todos los martes del verano.<br /></div><div align="justify">Digamos que un día estás en tu casa y, luego de un par de llamadas, tu plan para la noche es ir a gótica. Es martes y va a ir un culo de gente. Le pides a tus viejos algo de plata, te dan veinte lucas y entonces ya sabes que te vas a regresar caminando. Entonces te arreglas pues, no tanto porque no eres cabro, nada de cremas ni huevadas, pero te has bañado y hueles rico. Una camisita, unas buenas tabas y listo. Te miras al espejo y piensas: Esta noche, yo soy. Osea, el men. Sales a la calle, te compras cigarros (con el cambio que te quedaba de la noche anterior), llegas a Larcomar, te encuentras con tus patas, todo chévere. Si tienes suerte, saludas a un par de amigas mientras haces cola para entrar a Gótica. No te piden DNI porque los martes son para chibolos y entras al ambiente cuidando como caminas, a quién miras, dónde te paras. Vas al baño, te mojas la cara, te miras al espejo y piensas: Ya sabes causa (hablándote a ti mismo en tercera persona, más huachafo), esta noche, somos. Sigues siendo el men. Sales a la terraza, prendes un cigarro, empiezas a chequear a la gente y sin darte cuenta el lugar esta que revienta y todos se están divirtiendo. Te acercas a la barra y dices conchasumare la chela cuesta cinco soles. Cinco soles por una cagadita de cerveza, barena encima. Sin embargo, miras al costado y un patita con pinta de pendejo mueve el hielo de su cuba libre. ¿Cuánto cuesta? Doce soles. Conchasumare.<br /></div><div align="justify">Ya la cosa no pinta tan bien como antes y te sientes medio fuera de lugar. No sabes dónde están tus amigas y te preguntas de dónde chucha sale tanta flaca que parece de porcelana. Piensas qué rico mientras pecas todo lo puedes con la mirada. Tus patas están en ni mierda, igualitos a ti, sin nada que hacer. Sin vela en el entierro, sin gorrito de fiesta, sin pan con jamonada, con el negocio quebrado, todos rótandose un puchito hasta que se queman los dedos. Buscas en tu bolsillo tu cajetilla de Lucky pero está vacía. Cómo no se te van a acabar los puchos si en la cola te pusiste compulsivo. La cagaste, pues. Sin cigarros, aburrido. Sin amigas que andan bailando por ahí con huevones que si saben cómo es la jugada en Gótica, aburrido. Tú, broer, no estás para esto. No sigues el ritmo, no estás en la corriente. Estás cagado. Vas de arriba a abajo, caminando como si de verdad tuvieras a dónde ir, pasa una flaca, babeas un rato, alguien dice algo, te cagas de risa, pero no te dura. No lo suficiente para olvidarte de las veinte lucas que ya soltaste para entrar a gótica y aburrirte. Entonces, te arrepientes. Te arremete el deseo de retroceder el tiempo. Ni cagando, te dices a ti mismo, quieres bailar. Agarras a tu causa y le dices: Vao a tonear, pes. Ahora estás dándole vueltas a la pista de baile, emocionado, de cacería, buscando al par de flacas que te van a armar la noche. Miras por todos lados, como si en verdad tuvieras derecho a escojer. Estás huevón, pues. ¿Tú en verdad crees que tienes la situación controlada y que llevas el juego a tu propio paso? Nada que ver, causa, ya te ganaron hace rato. Y lo peor de todo es que te das cuenta, pues, tu ya lo sabes. Pero sigues dando vueltas, aunque ya te hayas rendido, como quien quiere hacer algo pero sabe que no va a hacer ni mierda. Empiezan las excusas, Oe, ¿Éstas dos? Habla. No broer, están hasta el culo. ¿Y esas? Ya, ya, vao, puta no, mira, acaban de cagar a esos dos huevones. ¿Esas? Tas loco, broer, de hecho son botadazas. No la hago. Te rendiste, pues. No era lo tuyo, Gótica se llevo tu plata y tu moral. Hasta tu autoestima, de repente. Ya te has ido dando cuenta que por lo menos hay treinta patas por los que una flaca va a voltear a mirar antes de verte a ti. Conchasumare, maldice a tus viejos por combinarse tan mal pues. No eres tan feo, tampoco. Ni cagando, aunque la dudas. Entonces recuerdas lo que te dije, que a una chica no se le entra sólo por los ojos, sino también por los oídos. No puedes irte sin bailar, ahí si te caes a pedazos, carajo, por algo es discoteca. Ves a la primera conocida en la pista de baile y, pensándolo dos veces, PAN mierda estás bailando. Ahora, ¿Tú bailas? Sabes un par de vueltitas, el ocho, sigues bien el ritmo y por lo menos no eres ese huevón a tu lado que parece estar convulsionando. Vas ganando confianza cuando au mierda, puta madre, la pisaste. Das una vuelta y oe carajo, codazo al del costado. No sabes qué hacer y las cosas están un poco tensas pero haces un par de bromas, te ríes de todo como si no te importara. Como si toda la nota de salir a bailar y esas huevadas no fueran lo tuyo. La flaca sonríe y esta todo bien. Te recuperas un poco, usas tu intelecto, racionalizas, aunque no bailas ni mierda, tienes buen floro. Igual, ya no tienes nada que hacer por esta noche. Esta noche, fue un viaje a otro mundo. No estabas preparado, y seriamente, no te debería importar. Esa huevada, no es real, salvo que la hagas linda. Entonces, si estás cagado, eso es lo que te tienes que decir: No es real. Te quitas temprano, caminas a tu jato, recuerdas (o inventas) lo rescatable de la noche y te olvidas de tus veinte lucas. Fin.<br /></div><div align="justify">Lo que pasa con Gótica es que puta, no es lugar donde uno se pueda sentir bienvenido asi nomás. Es un ambiente agresivo, vanal, psicodélico de manera atorrante-colorida y, sobretodo, de lo más superficial. Por lo menos desde donde yo lo veo, y eso que no me gusta mirarlo mucho. Si no encajas, no la haces. Tienes dos opciones: o te adaptas al ambiente y tratas de ser como los bacancitos que viste la otra noche, o adaptas el ambiente a la cagada que eres. Simplemente te metes por ahí, siendo un intruso desatinado, por lo menos no pasas desapercibido. Lo peor es que le seas indiferente a Gótica. Si un par te dicen aj, otro par dirán ala mierda qué cague de risa ese huevón. Tienes que ser tú mismo y dejar que eso hable por ti. Confianza, de eso se trata. Ahora veamos, no todos somos perfectos. Por eso, si no te resulta fácil seguir mi consejo, sugiero lo siguiente: Anda borracho. Es probablemente lo mejor que uno puede hacer. Diversión y risa asegurada, desbordante confianza y floro como mierda. Cuando vayas al baño y te mires al espejo, vas a estar un poco más feo que siempre, pero vas a decir: Puta causa, qué pepa soy. A la hora de bailar, vas a ser el primero. Te van a cagar, pero no te va a importar, y de una manera u otra, la vas a terminar haciendo y entonces cuidado todos con el rey de la salsa. Con tal que sepas medirte (osea, no te desmayes), la vas a terminar pasando de puta madre. Sin embargo, tengo que decirlo, el mejor plan para cualquier martes es y siempre será: Ir al cine y chupar en el parque. Que la verdad sea dicha: Si no la haces linda, ¿Para qué ir a Gótica? Yo te digo, vale más el cine 2x1. Joc.</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-70705788091079049072008-02-25T23:02:00.001-05:002008-02-25T23:05:39.710-05:00Rumbo Aventura<div align="justify">Odio los días que anteceden a fiestas y feriados. Odio la tensión que se crea alrededor de estas fechas en las que todos tienen que tener un plan. Un buen plan, que te haga pasar una buena fiesta. Año nuevo no fue diferente. Después de navidad queda un vacío de cuatro o cinco días en los que 'armas' tu tono de año nuevo. Desde ver cómo pagar un precio exageradísimo para entrar a una fiesta cheverengue hasta comprarte sandalias que combinen con tu ropa de baño rip-silver, pasando por ver en qué playa te vas a quedar (si es que te vas a la playa, que en Lima es lo más común), dónde vas a dormir, cuánta plata te van a dar para que no tengas que comer pan con atún todos los días, etc. Todo es preocupación, estrés. Todo es preparación, coordinación y nada, nada divertido. Dos días antes de año nuevo, mi plan seguía siendo el mismo de cualquier fin de semana, o cualquier día en general ya que estoy en vacaciones: reunir a un par de olvidados y chupar. Juntar a los que sobren y burlar la regla que dice que todos tienen que hacer algo especial en un día de fiesta. Poco o nada me importa cambiar de 2007 a 2008 la fecha que escribo en mis cuadernos Loro de matemática o lo que sea (no es que los tenga, pero doy por hecho que probablemente termine con algún cuaderno de ese tipo más adelante en el año), así que la celebración ésta me tiene sin cuidado. Sin embargo, un par de amigos me llamaron y bueno, para no hacerla larga, conseguí sin querer un plan de año nuevo. ¡Yeee! En fin, terminamos pasándola bastante bien en un club llamado 'Aventura' (bastante pretencioso el nombre, y muy fuera de lo que en verdad representa el lugar en sí), conocido por ser un ambiente en donde la idea es pasarla bien sanamente y respetar las buenas costumbres. Como podrían imaginar y peor aún si me conocen, hay bastante que contar. No quiero hacer de éstos párrafos un relato común y corriente, ya que resultaría bastante aburrido, pero me pareció pertinente resaltar algunas tonterías de este sorpresivo y muy extraño viaje.<br /></div><div align="justify">Antes que nada, tengo un par de cosas que decir sobre cada uno de los peculiares personajes que tomaron parte y en momentos catalizaron ciertas situaciones (haciéndolas dignas de ser escritas) gracias a su completa locura y excentricidad.<br /></div><div align="justify">El Chino - En general fue el que hizo todo posible, planeando y coordinando hasta el momento de partida. Tenía billete como mierda para esta ocasión, característica mencionable y definitivamente muy de puta madre si se compara con el estado calamitoso de pobreza en el que nos encontrábamos los demás. Vive enamorado y a la vez brutalmente traicionado y acuchillado por los ambiguos y siempre hijos de puta ángeles y demonios del amor. Tiene una extraño llamado del trago a morir temprano.<br />La Rata - Parásito succiona sangre, vil delincuente, estafador, ocasional proxeneta de barrio adinerado y sobretodo muy buena punta para el viaje. Tiene una pinta que mezcla el rock n roll playero con el drogo más buena gente de la cuadra- o del barrio entero. Considera de buen gusto dejarse el atrevido 'bigote chifero'.<br />ARMY-MEN - Es negro y se unió a la patrulla al último minuto. Si se dice que ese gordito maricón llamado Cupido te tira una flecha y te enamoras, ARMY-MEN fue ametrallado sin piedad, asaltado y en repetidas oportunidades escupido y pateado-en-el-piso por un matón gigante trabajando para el mismo propósito, OUUU NENA el amor. También hace buena música en diversos grupos y es de personalidad obsesiva, paranoica y en algunos casos de locura extremoviolenta y psicópata. Cuidado al atraparlo, señoritas, es una invaluable presa.<br />Juana la Banana - Es hombre y a causa de incontables, terribles traumas de niñez fue convertido en un alcohólico sin remedio. Muy buena persona y amigo en general aunque también es bastante idiota. Desciende directamente de una familia real de los Incas en tiempos de la colonia y gracias al entrenamiento ancestral (de parte de sus abuelos) domina la técnica de batalla conocida como 'tirar piedra y correr' y el 'chupar como cosaco'. Actualmente, se encuentra en una relación de tipo amistad-amorosa sin beneficios o amor de hermanos sin ser hermanos, lo cual no tiene sentido y probablemente no pensaría dos veces antes de levantarme a su no-enamorada.<br /></div><div align="justify">Para cada uno de los eventos relatados a continuación, es de suma importancia imaginar a las personas descritas párrafos atrás participando y aportando al caos y total desenfreno. Se que poco o nada las voy a mencionar textualmente ya que muchas veces se apodera de mí un egoísmo egocéntrico perturbante, en especial cuando escribo. De todas maneras, al tener una idea de cómo son estos personajes, pintan divertida y psicodélicamente toda la historia.<br /></div><div align="justify">Llegamos hasta el club en taxi. 88 km en taxi. 120 soles mas peajes. En mi sofisticado grupo de amigos, pensamos que la comodidad viene antes que unos cuantos soles de más. Claro que luego terminamos economizando hasta la muerte, pero recién empezaba la travesía y nos sentíamos felices y llenos de alegría y optimismo. Hasta yo expresé mi satisfacción por tener un plan de año nuevo. Con esto creo que es bastante seguro afirmar que en ese momento el ambiente era de arcoiris y sol-con-sonrisa en cuanto a felicidad.<br /></div><div align="justify">A mitad de camino se malogró el taxi. Empezó a salir humo como mierda del motor así que salimos corriendo. No tengo idea cómo me pasan huevadas de este tipo pero el destino quiso que nos detuvieramos en el lugar más sucio y completamente hecho cagada de toda la carretera. Estando en la panamericana sur, se espera tener arena o por lo menos tierra al lado de la pista. Al pararse el carro, ¿Qué encontramos al lado? Basura que olía a cadáver de anciano muerto luego de ser atacado por zombies y pescado, y aletas de sirena tiradas entre la tierra. Ok, no eran aletas de sirena, pero durante todo el viaje fueron llamadas así. Hay una foto en Facebook, creo. Aj, Facebook. En fin la cosa es que mientras el chofer intentaba arreglar su motor con gebe, plantas muertas y algún tipo de fruta redonda podrida, toda la alegría y buena voluntad de la tripulación caía en picada. Estábamos naufragando entre arena y basura mientras gente bacancita pasaba en sus carros con tablas de surf y demás accesorios que dicen mi-vida-es-extrema riéndose de nosotros, cuando de pronto aparecío en el camino el genialísimo aunque mete rata AUXILIO MECÁNICO ALTOQUE. Un carro hecho mierda que se cuadró delante del taxi y del que bajó un gordo sucio que parecía tenía el oberol pegado a su cuerpo con brea que dijo: ¿Algún problema? Soy mecánico. Todos pensamos que nos iba a violar/matar y justo cuando ya estaba listo para empezar a gritar como una niña que encuentra una cola de rata en su hamburguesa mientras Ronald McDonald le baila calato encima de la mesa y su amigo la caca morada le lame los pies de manera lujuriosa- con pana y elegancia, el problema del motor se arregló y todo listo vao a la playa. Vao.<br /></div><div align="justify">Al llegar al sitio nos encontramos con una muralla de piedra que exclama lo bonito y privado que es el lugar. Para qué decir más, es un club ficho para gente que puede comprarse una casa rodante. ¿Dónde mierda venden casas rodantes? ¿Quién las hace? Hablando seriamente, no son de este mundo. Vienen de las películas y definitivamente no combinan con el Perú. Para esto, el papá de mi querida amiga y latente amor en secreto Joaquina tuvo la amabilidad de jalarnos en su carro desde la carretera e invitarnos al club para que pudieramos entrar. Es un tío muy de puta madre con estilo que probablemente será mencionado más adelante. Sacamos nuestras cosas y, caminando hacia la playa, observo todo tras mis lentes Ray Ban y me siento muy rock n roll. Llegamos a nuestro sitio de carpa y dejamos todo tirado. Tengo hambre, y me aburro un poco. Esta chica, Joaquina, es muy divertida. Cada vez que la veo, imagino que es una princesa de juguete y se va a ir volando en un unicornio de hule, rosado o turqueza. Me hace reír y, sin poder negar su belleza poco ordinaria, también resulta un delicioso dulce para los ojos. Tengo hambre.<br />Estos mozos del restaurante del club, AHHHRRG, sin pensarlo dos veces, un tiro en la cabeza a cada uno, por usar camisas hawaianas hasta el culo y por pasarnos de largo como si fuéramos leprosos moribundos o zombies contagiosos. Han atendido a todas las mesas antes que a nosotros, y si después de media hora vino uno a la nuestra, fue de mala gana y sólo porque prácticamente hemos hasta reventado cuetes llamándolo. Dos horas después, llega la comida. Cuatro menús para niños y un cebiche porque el Chino tiene plata. El Club Aventura empieza tratándonos mal. Ni siquiera mal, sino indiferente a nuestra presencia. Me sentí relativamente violado mientras caminaba de regreso a la carpa, a que empieze la juerga. Vodka, jugo de granadina y Cifrut. Un par de vasos y me siento lleno de arena, meloso y algo avergonzado al ver que son las tres de la tarde y ya estoy tomando. Alrededor nuestro, las demás carpas disfrutan de almuerzos familiares en la playa y conversaciones trivialruidosas. Buen ambiente para la crianza de niños, y yo nunca tuve eso. Miento, claro que lo tuve, mi familia me quiere. Supongo que algunos simplemente salimos torcidos desde el útero. Mira tu.<br /></div><div align="justify">En los círculos donde ando y entre casi todos los sabios y mentores que me han hecho crecer como persona esta dicho que, cuando alguien irrumpe en una conversación para decir algo sobre mierdas esotéricas, el destino, las cartas y los signos zodiacales es momento de sacar un bate y golpear a la persona en cuestión hasta que muera, por el bien de la humanidad, o en todo caso, de manera menos dramática, tirarle cerveza en la cara y continuar la conversación en otro lugar. Fue curioso, entonces, que Sofía, amiga mía y de Joaquina, apareciera en nuestra carpa una noche a jugar a las cartas del Tarot. Tratando de evitar el sarcasmo contínuo y la burla que me nacía de todas partes, me entretuve viendo los dibujitos de las cartas. Son de puta madre.<br /></div><div align="justify">Hicimos una fogata cerca a la playa y nos pasamos un buen rato tratando que prendiera con la ayuda de papel periódico y pan Bimbo que olía a tostada, sólo que de una manera nociva. A mi me gustan las tostadas, pero esas eran otra nota, definivitivamente nada que se pueda comer sin destruirte el organismo. Voy a la carpa un rato a sacar no se qué y de regreso me quedé viendo cómo un par de chibolos jugaban a sacarse la entreputa con sables láser de Star Wars. Recuerdo que yo también me divertía jugando a las espádas, aunque casi siempre solo, matando bichos imaginarios y agitando al viento un palo de escoba en vez de un sable láser. Cómo cambian los tiempos. Esa noche, no tomamos nada. Me alegro, porque dormimos hasta la mierda y desperté completamente descompuesto. No creo que hubiera podido sobrevivir una resaca, y de morir, hubiera quedado como un pavo-sonso. ¿Quién se muere un 31 de diciembre? Yo no.<br /></div><div align="justify">Es 31 entonces y la paso relajado en la playa. No me pongo bloqueador ni nada de esas huevadas porque soy hombre y los hombres no están para esas cosas. Me quemo como la puta madre y me duele un poco. Un poco. Hay un momento en la tarde, mientras el sol cae, que todo entra en una atmósfera rojiza y bastante psicodélica a mis ojos, pero dura unos diez o quince minutos nomás. Salimos del club a comprar leña y provisiones. Terminamos comprando más trago, nada de comida y cuatro bebidas energéticas Vortex (red bull peruano) que estaban de oferta y venían con un condón de regalo. Bah, como si lo fuera a necesitar. Bueno fuera. Regreso al club bastante activado, con ganas de torcer mi buen juicio y sentidos al ritmo del alcohol. Ya todo está oscuro y el camino se torna tétrico y lleno de sombras. Empezamos a hablar de vampiros y zombies y fantasmas y discutir sobre por qué los zombies caminan como idiotas en vez de correr, con excepciones en algunas películas.<br /></div><div align="justify">Ya avanzada la noche, cerca a las doce y sentados tomando alrededor de la fogata frente a la carpa, se aparece un tío mala-gracia y nos recuerda las buenas costumbre a la vez que nos pide por favor no quemar su carpa, que estaba al frente de la nuestra. Seguimos tomando. Joaquina, Sofía y una nueva pero bienvenida nena, Susana, deciden quitarse a la fiesta del Club, muy formal y con mesas y copas y todo eso. Empiezo a decir 'nena' cuando ya me encuentro algo movido por el trago. Nena. Ah, verdad, antes en la mañana llegó Juana la Banana, mucho más guerrero que cualquiera de nosotros (vino en micro y tuvo que caminar dos kilómetros y medio de regreso porque el tarado decidió bajarse dos kilómetros y medio más adelante en la carretera, nadie sabe por qué) y también fue bienvenido.<br /></div><div align="justify">Dan las doce. Año nuevo. 2008. WOO yeah y todo eso. Champán. Fuegos artificiales. Salud de nuevo. Se acabó la botella.<br /></div><div align="justify">El trago se acaba a las dos de la mañana, el Chino había muerto media hora antes, previo escándalo y show digno de cualquier buen borracho. La fogata ya poco quedaba y la situación parecía no tener solución. ARMY-MEN se fue a la orilla a reflexionar sobre su existencia, existencialmente hablando. Eventualmente regresa y por hora y media pasan cosas que deben haber sido aburridas ya que no me acuerdo de nada. Ah, verdad, Juana la Banana perdió la esperanza y se fue a dormir. Sin comentarios sobre eso.<br /></div><div align="justify">Parados frente a la entrada de la fiesta del Club, la Rata, ARMY-MEN y yo analizamos cómo colarnos. Vemos de lejos a las nenas bailando con puros taraditos hasta las huevas bien vestidos y perfumados. ARMY-MEN no se había cambiado desde que llegamos. Eso basta para explicar el contraste entre las dos partes. Nosotros éramos los 'malos' del lugar, mismo forajidos del desierto que comen piedras versus vaqueros con serias tendencias homosexuales. Ser 'malo', en ese contexto, es bueno. Ok entonces éramos los buenos, pero igual teníamos que colarnos. Como en cualquier fiesta con toldo, la entrada para los mozos es el camino a seguir en cuanto a fechorías de todo tipo y colaciones. Entramos entonces y poco a poco nos mezclamos en el lugar. De todas maneras, por nuestra mala pinta (de nuevo, malo se torna bueno), era imposible no resaltar. Desplazamos a los taraditos, y que empieze el baile. Me divertí bastante bailando con Joaquina en especial, se mueve mirando como al cielo de una manera tan risueña que te hace pensar en peluches voladores y destellos inmaculados de limpieza y pulcritud perfecta digna de un mundo de hadas y demás cosillas alegres. Bailando conmigo, creo que balanceo un poco la situación hacia lo relativamente normal. Algo importante que no puedo dejar de mencionar es que Susana baila cumbia como la puta madre. Fue una sorpresa muy grata, o quizás estaba muy pasado de tragos, pero la vi muy bien.<br /></div><div align="justify">Son las siete y algo de la mañana y estoy tomando aguadito mientras converso con el papá de Joaquina, conocido como don Vito para todo el viaje. Durante la noche se había portado con un Black Label que estaba a la mitad, y eso fue una gran muestra de lo muy de puta madre que es. Luego de andar bailando por todos lados, la patrulla se había dispersado. Sigo tomando el aguadito que sabía a resurreción y gentileza de una abuela combinadas cuando se sienta a mi lado la Rata con una botella de whisky, obviamente de otra mesa. Don Vito esta muy feliz por esto y se sirve un vaso mientras elogia el proceder de la Rata. Entonces, veo acercarse a un tío de camisa rosada (lo que me dice de por sí que es un idiota) y pienso... problemas.<br /></div><div align="justify">Son extrañas las cosas que suceden cuando tomas un trago prestado de un adulto arrogante que lucha agonizando contra la tercera edad mientras su inevitable y sonora decadencia en cuanto a todo lo que él podría llamar 'su mundo' lo deja impotente y, por consecuencia, furioso. Reprende a la Rata intentando mantener la cordura y le da palmaditas en la espalda (aunque a causa de la insolación, le resultaron bastante dolorosas). Se va con su trago a su mesa para discutir con sus amigotes, probablemente sobre cómo la juventud ya no es la de antes y demás cosas relacionadas a las buenas costumbres. Miraba molésto hacia donde estábamos y yo no sabía cómo evitar cagarme de risa, casi me atoro con el aguadito. Don Vito sabe que el lío aún no termina y se ve obligado a intentar arreglar la situación de forma madura, como adultos. Las cosas se alteran cuando el tío arrogante comienza a lloriquear sobre cómo este 'robo' le ha malogrado toda la noche (aunque ya son las siete y media de la mañana) y que también lo hemos dejado mal frente a su esposa (qué carajo tiene que ver ella, no tengo idea). Don Vito se las arregla pero la Rata tiene que pedir disculpas y rendir su hombría ante el idiota agraviado. Le dicen que es un ladrón y que va a terminar vendiendo las joyas de su abuela para conseguir droga en el futuro. La Rata acepta todo de una manera de lo más homosexual pero evita mayores problemas. Lo entiendo, aunque si hubiera sido yo, le tiraba una silla en la cara, le guiñaba un ojo a su esposa y me iba corriendo con la botella de whisky. A veces me nace el Robin Hood, sólo que sin la malla verde ni el gorrito con la pluma ya que lo considero demasiado pretencioso.<br /></div><div align="justify">A la mañana siguiente (dormí de ocho a nueve de la mañana) estoy hecho mierda. Agarramos nuestras cosas y don Vito nos jala a la carretera de nuevo. Caminamos al borde de la carretera un rato y me siento rock n roll una vez más. Un momento de tranquilidad para reflexionar sobre todo lo vivido en éstos días de fiesta y regocijo, siempre conscientes de que en cualquier momento podríamos morir atropellados ya que caminar de espalda a los carros tambaleantes y resaqueados el primero de enero no es muy buena idea. Eventualmente viajamos en combi hasta Mala y, acompañados por un nutrido y diverso ramillete de seres playeros que también venían de celebrar, regresamos a Lima en un bus de mierda hasta las huevas que, irónicamente y gracias al cansancio extremo, me resultó bastante cómodo. Terminamos por fin en el McDonalds de benavides, cerca a nuestro antiguo colegio, y es como si el tiempo no hubiera pasado. Comiendo mi hamburgesa McPollo Jr. con un vaso de agua regalado de mala gana, me pregunto: ¿Y ahora? Nada, sólo espero que con el tiempo tenga más historias como ésta para contar, de aquella vez que brindé a la inmortalidad de las buenas costumbres en el club Aventura.<br /></div><div align="justify">Salud por los buenos tiempos, y gracias. Joc.</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-54718299552028866242007-12-18T02:31:00.000-05:002007-12-18T02:40:09.984-05:00Domingo de Vacas MOO (no).<div align="justify">Despierto sintiéndome el ser más cachero del universo. Entro al baño y, mirándome en el espejo, pienso: Qué bien me sienta la resaca. Es el primer domingo de vacaciones, el primer domingo que cobra vida de nuevo. Hay tanto para hacer, tantas posibilidades que no se por dónde empezar. Me estiro, salgo a la terraza y respiro hondo. El sol brilla pero no quema, el viento refresca pero no enfría. Bajo las escaleras, acaricio a mi perra, le apreto el hocico y me mordisquea. Trae su chupón gigante de hule y lo lanzo a través de la sala, se voltea y corre para traerlo de nuevo pero aprovecho y me meto a la cocina. Ya han desayunado todos y encuentro, como de costumbre, un pan frío y medio vaso de jugo de naranja. Me lo tomo sin problemas y el pan no está tan duro. Es domingo de vacaciones y nada puede salir mal. Camino un rato por el departamento sin encontrarme con nadie, parece que todos han salido. A la playa, quizá. Entro al cuarto de mis padres y YEAH justo como lo presentía, me han dejado algo de dinero. Tengo mi celular, las llaves, un billete de veinte soles en mi bolsillo y una cajetilla de cigarros. Bien jugado, domingo. Buena mañana. Mierda, no tengo encendedor [la puta madre dónde se van esas huevadas que parece compro todos los días mil quinientos treinta y ocho y todos terminan PUFF rotos en la pista carajo por qué les sacan la vaina esa de metal para manipular la cantidad de fuego y volver al bendito aparato un maldito lanzallamas puta madre es que no han tenido infancia o todo el mundo está cagado del cerebro fue.] Prendo una hornilla en la cocina y listo, problema resuelto. Doy un par de pitadas despreocupadas y subo al estudio, mejor conocido como el lugar donde esta la computadora (llamarlo estudio, sólo porque si, resulta vanidoso). Me siento en la silla que le falta un tornillo y casi me saco la mierda, ceniza por todos lados, mier-da, ¿Dónde deje la tapa de mi desodorante (cenicero)? La encuentro y un vez controlada la situación entro a MSN MESSENGER dónde siempre encontrarás un amig@ con quien conversar vanal e impersonalmente y ponerle caritas graciosas (nótese la arroba utilizada en la oración, lo sé, soy genial). Suena mejor de lo que en verdad es. Nadie me habla, no tengo intención de iniciar conversación con nadie. Empiezo a pensar que me faltan amigos. Definitivamente me faltan amigos que entren a MSN MESSENGER y estén ansiosos de hablarme en la mañana del primer domingo de vacaciones de verano. Cierro todo y salgo a la calle. Mi portero se caga de risa al verme, probablemente recordando cómo llegue el día anterior. Siempre se caga de risa. Le pido prestado un encendedor. El puto tiene fósforos, y me dice que si sigo fumando tanto no voy a llegar a su edad. Le digo (y ya es la segunda vez) que soy un caso perdido porque fumo desde cuarto de primaria. Con esta mágica frase mi portero mira al cielo y aunque no tengo pruebas estoy seguro que reza para que Dios se apiade de mi alma. Me vuelo como cinco fósforos tratando de prender el cigarro. Finalmente lo logro y devuelvo amablemente la cajita. Mi portero me pide que le invite una pitada. Cómo no.<br /></div><div align="justify">Caminar por Miraflores es muy relajante. El sol sigue portándose bien, la brisa acompaña perfecto. Es salida de misa y el óvalo Gutierrez esta lleno de gente. Una horda de madres con hijos revoltosos y ancianas cruzan la pista listas para hacer las compras de la semana en Wong. Las ancianas son todo un caso para mi. Al comienzo les temía, pero he aprendido a vivir con ellas. Siempre que me cruzo con alguna, tiene que hacer algún gesto, mirarme mal, murmurar algo en lenguas extrañas o simplemente plantarse y gritar al viento: ¡PERO MIRA CÓMO FUMA EL MOCOSO ESE! A veces la inseguridad me gana y tengo que mirarme en la luna de algún carro para ver si en verdad mi apariencia resulta tan escandalósamente herética. Supongo que para algunas ancianas, tengo mala pinta. Sin embargo, sigo con un sorprendente pero bienvenido optimismo frenético que me hace tararear canciones que... prefiero no mencionar. </div><div align="justify"> </div><div align="justify">Pasando medio día, todavía estoy dando vueltas por el óvalo. Tengo hambre así que entro a Wong y compro un par de panes y una Coca-Cola. Todo es navideño en Wong. Siento que en cualquier momento unos duendes de plástico podrían saltar de atrás de un estante y robarme las zapatillas o algo. También hay nieve. Niños, todo es una mentira, acá no cae nieve ni existe nada de lo que te quiere hacer tragar la navidad importada con la que todos parecen estar contentos. Papa Noel tampoco existe, un señor conocido como el anciano del monopolio lo mandó eliminar y ahora él se encarga de darle dinero a papá-y-mamá para que te compren cosas en [el nombre de tu negocio podría estar aquí, llama ya al 91350693 para más información]. Me siento bacán caminando con mi Coca-Cola y mi bolsa de pan. Voy rumbo al parque de Miraflores.<br /></div><div align="justify">Si, un encendedor por favor. Gracias. ¿Aló? Hey Romina [Hey que tal en que andas si chévere increíble oye no quieres de repente un día tu sabes salir por ahí caminar mira que el sol estos días esta perfecto y el malecón no queda lejos de tu casa caminar y conversar nada más mencionar lo rica que estás y avalanzarme como una bestia sobre tu cuerpo qué no daría por saborearte completa darte besitos en el cuello y quedarme dormido en tu pelo y mierda esos ojos déjame tranquilo porqué siempre termino inventando huevadas así cuando camino], ¿En qué andas? Ya, genial. Nos vemos. Chau. Acabo de salir de una bodega cerca de la Calle de las Pizzas y una amiga quiere hacer algo más tarde. Ya pasé el parque, nada especial. Me siento al borde de la vereda un rato y prendo el décimo cigarro del día. Por suerte para mí, vienen once cigarros en las cajetillas de diez de PALL MALL. Fue una grata sorpresa cuando la compré por primera vez y sigo enamorado.<br /></div><div align="justify"> </div><div align="justify">La Calle de las Pizzas parece extrañar la noche. Siempre esta así durante el día, resaqueada, sucia y maltrecha. Atravesarla me hace sentir una especie de empatía general hacia todo el medio. Todo alrededor se vuelve hacia uno y uno desaparece entre todo alrededor. Antes de cerrar los ojos, veo formarse un pequeño remolino de hojas caídas, de esos que a veces hace el viento como jugando. Escucho el sonido que hace y siento que me jala. Me jala a permanecer, a estar ahí sin ser percibido. Yo me quedaría si no fuera el primer domingo de vacaciones. Sigo mi camino entonces, dejando atrás una calle pálida que quiere me acople a su melancolía. Yo tambíen espero la noche, pero qué bonito ha resultado ser este día.<br /></div><div align="justify">Cae el sol y el cielo se pone colorsunset. Joaquina y la patrulla místicovagabunda del trago probablemente tenga algún plan para más tarde [Romina o la gente Romina o la gente Romina o la gente patrulla a la mierda es domingo y quiero chupar qué mierda si igual no me quiere o mierda quién sabe ya fue no importa total pesadilla mujer accesorio mañana la veo]. Parando un micro me veo reflejado en una de las ventanas y pienso: Mierda, qué bien me sienta la resaca. </div><div align="justify"></div><div align="right"> </div><div align="right">Joc</div><div align="right"></div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-32789940181674108092007-11-10T11:05:00.000-05:002007-11-10T11:14:21.877-05:00De repente, quién sabe.<div align="justify">Atontado, con una tonadita ridícula en la mente, te veo pasar. No se si es el trago, o el humo, pero todo parece ir más lento. Mueves un poco la cabeza contra el viento y haces eso que siempre haces con el pelo, tengo que mirar a otro lado para no morirme. Es que es demasiado lindo, no lo puedo creer. Sigo atontado y te das cuenta que estoy ahí parado, perdido en tu figura, en tus ojos, en tus labios. Estoy seguro que te das cuenta de todo, que he sido descubierto, que estas un paso mas adelante que yo, en todo. Hasta lo que estoy sintiendo, tu ya lo sabes. Y es que todo lo que pueda sentir, en este momento, tiene que ver contigo. Me extraña que aún no he hecho nada estúpido a causa de los nervios. Es mas, no estoy nervioso. Probablemente el trago este jugando a mi favor.<br /><br />Sigo colgado de aquel instante entre el viento y tu pelo mientras te acercas. Al sentirte avanzar, poco a poco todo va desapareciendo. La gente, las risas, todo. Se pierden en una atmósfera de humo, luces y psicodelia, un espectáculo donde eres la estrella. Ahora que estas tan cerca, no puedo evitar prenderme en tus ojos. Un fuego que, de tus ojos a los míos, atraviesa todo mi ser. Fuera del trance poético que voy inventando en mi mente, disfrutando cada segundo de la situación, me doy cuenta que todavía no he dicho nada. En verdad no se si es necesario. Todo va regresando a su lugar, la música es más fuerte pero yo todavía no puedo sacarme esta tonadita ridícula de la cabeza. La gente, la fiesta, las risas regresan. Aún así, dentro del cuadro que ven mis ojos resaltas indiscutiblemente.<br /><br />Heey :)<br /><br />Hey.<br /><br />Miro al cielo un segundo, respiro hondo y continúo hablando. No se que es eso que me haces, pero presiento que tiene que ver con tus ojos. De repente tú y yo, de repente podríamos, quién sabe. No estoy seguro de lo que estoy diciendo, pero te estas riendo, así que esta bien. ¡Qué no diría por escucharte reír!<br /><br />Estoy solo y atontado de nuevo. Prendo un cigarro y mientras lo hago me pregunto si este breve momento significo algo. ¿Tuvo algún sentido? Y es que ahora también ríes, pero te veo en otro lado, con otra gente. Siento que todo pasa, que todo pasa sin pensarse por qué pasa. Estoy sentado, mientras todo pasa. Yo, por mi parte, prefiero permanecer sin suceder. Estar, y a la vez perderme. Podría hacer eso en cualquier parte, pero la curiosidad me trajo hasta este lugar, me dio un cigarro y me sentó en un sofá simplemente porque a veces quizás las cosas si tienen que pasar sin pensarse.<br /><br />Te sientas a mi lado cuando aún estoy reflexionando, y al voltear a verme, mientras sonríes, haces eso que siempre haces con el pelo que tengo que mirar a otro lado para no morirme. Y bueno, para qué, da lo mismo contigo. De alguna manera u otra, voy a caer de todas formas.<br /><br />Yo sólo quiero prenderme en tus ojos. Quemarme por completo, y volar como ceniza al viento. Estar por siempre y a la vez perderme, un segundo entre tu risa y tu mirada.</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26980537.post-7992366782901931752007-10-23T01:06:00.000-05:002007-10-23T01:11:01.569-05:00De viernes a viernes que no recuerdo.<div align="justify">Voy trotando por calles nauseabundas y el universo me pertenece. Marginal me muevo a través de la noche, saliendo de alguna fiesta o reunión en donde estoy seguro me he divertido. Ni siquiera tengo tiempo de respirar, pero qué bien se siente. La adrenalina va dejando en mi cuerpo un placer intenso que saboreo con los labios. Esta sensación es lo único que me queda por experimentar, dejo en blanco la mente para que se apodere de mi cuerpo. La calle es infinita, es todo lo que existe hoy y ahora. Fuera del tiempo voy trotando sin saber bien por qué.<br /><br />De pronto, dejándome llevar por esta sensación extrema, caigo de rodillas al piso mirando al cielo. Cierro los ojos lentamente y dibujo figuras en la oscuridad. Estrellas fugaces dan vueltas por todos lados y voy armando tus ojos con ellas. Ahora sólo queda tu mirada. Ahora puedo volver a pensar, ahora recuerdo. Sin embargo, todo sigue muy confuso. Tu mirada, fija en mi mente hasta ese momento, explota en puntitos de luz que se pierden en lo oscuro. Imágenes empiezan a volar una tras otra, fragmentos de lo vivido hace un rato, antes de escapar de todo, antes de empezar a correr, a trotar luego y finalmente caer de rodillas cerrando los ojos.<br /><br />Con algo de miedo, me encuentro ahora mirando alrededor, regresando a la realidad pero volteando a todos lados como si hubiera viajado a un mundo desconocido. Todo es tan normal ahora, tan cotidiano que siento un vacío increíble. Prendo un cigarro y trato de ordenar las imágenes que recordé como en un rompecabezas. Intuyo que ya es de madrugada y debería ser entonces domingo. Todo lo que me llevó hasta este instante empezó el viernes en la noche.<br /><br />Era un fin de semana como cualquiera y estaba buscando algo para hacer. Hago un par de llamadas y quedo con unos amigos para salir a tomar, como de costumbre, a un bar conocido de la ciudad. Recuerdo… no recuerdo ni mierda. Las imágenes vuelven a desordenarse. No tengo más cigarros. Me siento miserable y espero que una vez que me duerma, la resaca no me trate demasiado mal al día siguiente. Voy caminando por calles que pronto se terminarán, voy buscando un taxi que me lleve a mi casa. Entre mis bolsillos encuentro un papel con el número de alguna flaca. Al menos eso parece. Tengo algo de dinero y mis llaves.<br /><br />Por fin aparece un taxi. Me subo y apoyo la cabeza contra la ventana. Si hago algún esfuerzo, probablemente llegue a recordar lo que hice el sábado durante el día, pero no me interesa. Las luces de afuera pasan volando una y otra vez a mi costado como últimamente se han ido pasando los fines de semana. Tengo la respiración entrecortada y unas ganas terribles de llorar. ¡Cómo me asfixia esta situación! Tanto tiempo perdido buscando una salida, algo que me haga sentir vivo de nuevo. Un fin de semana más que se me escapa y contribuye a mi desesperación. ¿Cómo soportar lo que me espera? No quiero volver.<br /><br />Abro la puerta de mi casa algo mareado. Procuraré mantener la mente en blanco, dejar que pasen los días hasta el siguiente viernes. Y es que es así como estoy viviendo: de viernes a viernes. Viernes de los que poco entiendo, viernes sin sentido que me enredan, que me tientan y me engañan, viernes de los que no me acuerdo nada el domingo en la madrugada.<br /><br />Quizás nada de esto tenga sentido, qué extraño me siento por dentro. Joc.</div>José Alberto Rubina Venegashttp://www.blogger.com/profile/01014219024702466594noreply@blogger.com1