miércoles, enero 10, 2007

No pienso pagar: Viene con metida de rata incluida.

Quiero hacer esto corto, porque tengo sueño y todavía no termino mi hamburguesa de Bembos:

Un martes, una noche como cualquier otra, aparecí en una casa, luego entre a un auto y después de empujones y aplastamientos (y algunos gritos extraños) llegué a Mecano. De repente se escribe Mekano, porque escribir todas las palabras con ‘k’ esta de moda. No tengo idea y tampoco me importa, sigo con sueño y aún no comienzo con mi hamburguesa. Clásica. Como Dios manda.

Estábamos por ahí, dando vueltas alrededor de las once, seguía cerrado. Por lo menos no veía a nadie entrando. Tenía un flyer en la mano: Ellas entraban gratis y ellos 2x1 hasta las 12 y media o algo así. ¿Por qué poner ellos y ellas? Suena horrible. Chabacanos.

Media hora después, todavía nadie avanzaba. Por supuesto que “ellas” habían entrado hace rato. Me parece extraño como las mujeres aceptan ese tipo de trato (que por supuesto las beneficia, a mi me encantaría chupar gratis) sin darse cuenta que están siendo usadas como carnada. Como un objeto. Sin decir nada, pasan felices de la vida y se divierten, no hay problema. Luego crecen, piensan un poco, se vuelven feministas fanáticas y creen luchar por la igualdad entre hombres y mujeres. No gracias, hijas del mal, ya han sido parte del negocio antes y ahora no piensen que pueden escaparse del sistema. No se quejen.

Mis compinches y yo seguíamos esperando, el 2x1 significaba pagar diez soles por cabeza y no estaba nada mal. Si, dije compinches. Una vez más, soy así de bacán. Estaba tranquilo, sentado frente a una botica, con muchos hombres alrededor. Demasiados. Amontonándose en la fila, como animales, esperando saltar hacia el tono. Todavía era parte del circo.

Al ver cómo se acumulaba la gente, la botica 24 horas cerró. Seguía en la fila. Seguía tranquilo. De repente empezaron a correr rumores extraños. ¿Qué? No, no espera… ¡¿Qué?! Si pues, ahora es veinte por cabeza. Con el flyer. Que se supone era veinte por dos. Si todavía no te das cuenta, eso significa PAGAR EL DOBLE. Al escuchar esto mire alrededor, esperando una respuesta de la multitud. Tumbar la puerta, matar a un VIP, algo. Qué abuso. Eso no puede ser legal. Es como que te roben en la calle, sólo que peor: Al final terminas pagando por voluntad propia. No, no tienes una pistola apuntándote a la cabeza. Puedes voltearte e irte. Es así de fácil.

Yo la pensé, ya estaba ahí, qué más iba a hacer, ya tenía amigas adentro. Todas son excusas para racionalizar el hecho que te están robando y te estás dejando porque quieres. Es más, estás haciendo una cola gigante, esperando ansioso a que te roben. No importa si son mil cocos o diez céntimos. No le quiero dar más plata a alguien que hace trampa, te mete la rata y se caga de risa.

Es de lo más estúpido, es EL DOBLE. Uno no va a una tienda, se compra un polo y en la caja te dicen que cuesta tanto, cuando en la etiqueta dice que cuesta la mitad. ¿Por qué? Porque es absurdo. Existe la ley de la oferta y la demanda, pero así no se juega. Si vas a un quiosco y quieres chizitos, y luego vienen muchos niños que también quieren chizitos, ¿La señora del quiosco le sube el precio a los chizitos? No, la señora no es corrupta y sabe cuál es el precio justo de una bolsa de chizitos. Y luego todos los niños son felices. Es muy probable que regresen después, le compren a la señora de nuevo y estallen de alegría comiendo chizitos una vez más. Seguro la señora también esta contenta. ¿Cuál es el problema con hacer las cosas de la manera que se deben hacer?

Luego de un rato, llegué a la puerta. Todos entraron, menos yo.

Creo que toda la gente con la que fui llegó a entrar, qué se puede hacer. Me he encontrado en otras situaciones similares y también he bajado la cabeza. Pagando por el abuso. Pero como todos están locos, qué importa. Espero que se hayan divertido. Yo también me divertí esa noche: Me compré una sabrosa hamburguesa (que todavía no pruebo) y me fui caminando hasta mi casa. Me gusta la luz amarilla, tan tenue, de los postes en las calles oscuras, esa luz extraña. Me hace sentir delincuente. Como los que me quisieron robar diez soles. Joc.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajaja.. de acuerdo. para mi no quedaba otra.