lunes, enero 08, 2007

Historias sin Libro, parte 1.

Esta es una de las mejores historias que tengo y, como todo lo que cuento, fue algo que paso en realidad. La voy a escribir de tal manera que se puedan apreciar todos esos pequeños detalles que la hacen divertida y a la vez me hacen quedar como un idiota. Sin embargo, en este punto ya todos se deberían haber dado cuenta que no tengo nada de idiota, y que soy genial. Sin nada más que añadir, quizás la situación mas extraña en la que me he encontrado: Una noche sólo para chicas.

Hay música extraña que suena en todo el cuarto. No es música, sino un ruido colorido, si sabes a lo que me refiero (no sabes). La gente dice que es música, bueno ellas dicen que lo es. Yo no tengo idea dónde estoy parado, tengo un micrófono en la mano, tiene un logo que no distingo muy bien: American Idol. ¡Santos colibríes bañados en salsa tártara, Batman! Esto no puede ser nada menos que una noche sólo para chicas.

Todo empezó ese mismo día, en la tarde. Me encontraba sentado frente a mi computadora, para variar, jugando algo. De la nada, todo se fue a la mierda. En la pantalla empezaron a salir payasos que se burlaban de mí. Se reían y no paraban de señalarme con sus horribles narices rojas. Odio los payasos. Uno trató de jalarme el pelo, y tuve que romperle el brazo. Los otros vieron eso y se dieron cuenta del error que habían cometido al meterse conmigo. Estaba a punto de sacar la sierra eléctrica que guardo en mi armario cuando regresaron a la pantalla con sus estúpidas narices rojas entre las piernas. Malditos payasos.

Ya no tenía nada que hacer y entonces entre a MSN Messenger. Empezaron a salir ventanas de conversaciones por todos lados, algo común ya que todo el mundo me quiere saludar. Al comienzo era divertido, como un bebe cuando hace alguna gracia, pero luego simplemente dan ganas de patearlo. Estúpidos bebes. En fin, siguiendo mi lógica, pateé el monitor de la computadora y luego empecé a cerrar todas las ventanas. “Hola Joc ven a mi casa necesito que me ayudes en algo… ;)” Perra. “HabLA BroDeRx” Idiota. “Joc quieres casarte conmigo y hacer bebes?” ¡¿QUIÉN ERES?! Bueno esas son conversaciones con las que me encuentro todos los días. Sin embargo, era un jueves en la tarde y necesitaba planes para la noche (Si, yo salgo los jueves. Soy así de bacán.). Le respondí a una de las chicas que me había saludado antes, sólo por pura curiosidad, como quien no quiere la cosa. La conversación fue más o menos así: (nótese mi perfecta ortografía.)

Joc dice:
Hey nena.
SpaceGirl69 dice:
holaaaaa
Joc dice:
Heh. ¿Qué planes para más tarde?
SpaceGirl69 dice:
nada unas amigas van a venir nomas
Joc dice:
Suena interesante. Voy a ir, ¿Ok?
SpaceGirl69 dice:
es solo para chiks :P
Joc dice:
¿QUÉ?
Eso debió haberla confundido un poco, y luego se olvidó de todo el asunto. Justo como lo había planeado. Entonces llamé a un amigo y le dije que teníamos planes. Me dijo: Es jueves, idiota. Le dije que era una nena (siempre funciona) y acordamos encontrarnos en un parque a las ocho.

Hice todos los preparativos para la operación, a la que llamé operación-para-invadir-una-noche-sólo-para-chicas. OPIUNSPC. Los nombres código siempre son divertidos. Los preparativos fueron:

1) Comprar vaselina.

A la hora indicada nos encontramos en un parque de Miraflores. Había olvidado la vaselina en mi cuarto. “Quizás no era la ocasión para intentar consumar perversiones sexuales”, pensé. Seguimos caminando sigilosamente hasta llegar a la frontera con San Isidro. Miramos a ambos lados y cruzamos cuando la luz estaba en rojo. Entonces caminamos en la oscuridad por un rato hasta encontrar la calle indicada en el pedazo de servilleta que tenía en el bolsillo, donde había apuntado la dirección. Ya en la calle correcta, empezamos a buscar la casa de SpaceGirl69. Escuchamos alaridos y gritos y golpes y cosas así, y corrimos hasta el lugar esperando encontrar un cadáver. No era eso, nadie había sido descuartizado (al menos no a la vista). Parados frente a una casa, nos dimos cuenta de donde provenían tantos ruidos locos. De una ventana en el segundo piso salían luces de colores. También los gritos y demás ruidos extraños. No podía con mi asombro, todos teman: Era una noche sólo para chicas.

Me recobré del choque inicial rápidamente pero mi amigo no tuvo la misma suerte. Lo encontré desmayado, encima de un cáctus que había aparecido a nuestro costado, cubierto de sangre y espinas. Era un asco. Fue ahí cuando me dije: Esta noche va a estar llena de aventuras.

Jalé el cuerpo ensangrentado de mi amigo al callejón que estaba al costado de la casa y le di dos soles para que se fuera a su casa. Luego lo dejé ahí y regresé frente a la puerta de la casa. Demonios, el timbre es un intercomunicador. ¿Cómo voy a hacer para que me abran? Sólo quedaba tumbar a puerta, ya que nadie contestaba. Ya empezaba a prepararme mentalmente para destruir la maldita puerta cuando vi que se abría lentamente. Poco a poco, me encontraba con lo desconocido. De pronto aparece el ojo de una de las estúpidas amigas que tenía en ese entonces. No lo pensé dos veces. Corrí hasta la puerta y le metí un codazo directo a la pupila. Empezó a gritar y rodar por el suelo. Abrí la puerta rápidamente y otra idiota que se encontraba parada ahí calló al piso sangrando por la nariz.

Estaba adentro, en el jardín, cagándome de risa. Las otras dos estaban llorando y gritando como nenas. Me aburrí de verlas sufrir y estaba a punto de entrar a la cocina porque tenía hambre cuando saltaron todas como ninjas desde el techo. Otras salieron de los arbustos. Empezaron a saltar como locas y apenas me vieron echaron a correr. Persiguiéndome. Con cuchillos de carnicero. Yo me quedé con una cara de por-la-puta-madre y comencé a trepar por una enredadera hacia una ventana abierta. No sabía qué mas hacer. Las poseídas hijas de Satán seguían atrás mío, trepando aún más rápido y botando espuma por la boca. Son sólo mujeres, me dije a mi mismo, y me comencé a balancear de un lado a otro en la enredadera. En efecto, eran sólo mujeres, y como las mujeres no tienen equilibrio, una a una fueron cayendo de nuevo al piso a llorar y gritar. Ha! Ha! me burlé, y seguí trepando.

Llegue a la ventana abierta y me di cuenta que daba al baño. Qué conveniente, pensé, eso de trepar por una enredadera mientras una jauría de desquiciadas te persigue con cuchillos de carnicero me había ensuciado un poco. Mientras me lavaba las manos, una sombra apareció por la ventana. Casi me cago del miedo. Una de las “chicas” había logrado permanecer en la enredadera y trepar hasta el baño. Carajo. Qué horrible, era como la tipa de “El Aro”, sólo que peor. Estaba a punto de saltar y devorarme y comerme cuando, de pronto, en un desesperado intento por sobrevivir, agarré un bonsái que estaba por ahí y se lo tiré en la cabeza. Mientras gritaba, aproveché y le metí una patada en el estómago, haciéndola caer por la ventana junto a sus hermanas demoníacas. HAHAHAHAHAHAHAAHAHA! Así es como se maneja a las quinceañeras.
¿Quieres saber qué hice después? Versión completa: PRONTO

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bien que sigas pensando en mi :).