martes, junio 12, 2007

Doctor Paín habla sobre El Dios de los Tres

Ya habían viajado un buen rato, cuando de pronto el Doctor Paín se detuvo en medio del espacio frente a tres estrellas que formaban un triángulo perfecto. Entonces empezó a hablar, y como el gran maestro se estaba dando cuenta de que en verdad no sabía nada sobre el verdadero Mundo, decidió escuchar atentamente. Aún pensaba en Verónica, pero eso no evitó que se concentrara.
El Dios de los Tres no tiene verdadero nombre ni forma. Esta es sólo una de las interpretaciones que los antiguos sabios le dieron al Dios de los Tres. El ser, sus sentimientos y la realidad que lo envuelve; tres elementos que juntos se encuentran en cada uno de los mundos de los diecisiete universos descubiertos en nuestro tiempo. El Dios de los Tres está presente en todo, lo es todo. Sin embargo, son otros entes los que hoy en día mueven a los mundos. Entes reguladores, por así decirlo, y un código en constante evolución. El Dios de los Tres ya cumplió con su parte y mira desde la nada con ojos llenos de ternura el presente. Obviamente, al decir ‘desde la nada’, en verdad quiero decir ‘desde todo’. Pues lo es todo.

Había una vez, en un mundo muy lejano al nuestro, un dragón blanco llamado el Dios de los Tres. Este mundo había cometido el error de llamarlo así, pues el Dios de los Tres lo era todo, y este ser sólo era un dragón blanco. Y el mundo lejano lo adoraba como si lo fuera todo, y el dragón blanco llegó a creer que lo era todo. Entonces el verdadero Dios de los Tres se reveló ante todo ese mundo, dio una bofetada al dragón y dijo al mundo entero: ‘Ustedes ya no creen en mi y prefieren creer en un dragón que no es nada. Esto me duele ya que yo también soy ese dragón, y ahora debo castigarlo.’ Dicho esto, ya se había cumplido el castigo. El Dios de los Tres se había ido de ese mundo y separado de su universo estaba. Entonces los seres de ese mundo sintieron que eran los únicos en todo el Mundo y tuvieron una gran fiesta. Sin embargo, cada día era más oscuro que el anterior. Y el dragón blanco no podía mirar al cielo, pues tenía miedo.

Ya que este relato es muy antiguo, muchos lugares son llamados ‘mundos’ porque no hay otro nombre exacto, pues la Tierra es la Tierra y no es Marte, y si en algún cuento alguien llamara Marte a la Tierra, sería algo muy malo. Entonces a todos estos lugares se les llama ‘mundos’, pues lo son, aunque si se dice ‘el Mundo’, se está refiriendo a todos los mundos conocidos y por conocer, quizás hasta más allá de los diecisiete universos. Sólo el código Verónica es capaz de revelar estos mundos, y lo hará a su debido momento, pero como no sabemos mucho de Verónica todavía, por ahora no importa. Vamos, ése es el camino.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es Rubina.