domingo, marzo 18, 2007

Una Noche Cualquiera: El jueves fragmentado.

Esta historia de la vida real ocurrió un jueves de febrero, ya acabándose las vacaciones, podría decirse que estaba desesperado por algo de acción o, por lo menos, terminar completamente inconsciente. Ese día, sabía de dos reuniones. El hecho de que me hayan invitado o no generalmente no interviene en mi decisión de aparecerme al lugar igual, así que podía elegir cualquiera. Voy a relatar mi recorrido toda esa noche lo mejor que pueda. Como podrán imaginar, hay momentos de los cuales no tengo recuerdo alguno, pero qué importa.

7:30: Estoy sentado en mi computadora, como de costumbre. Justo cuando estoy a punto de subir un nivel más en el juego, Samu se aparece en la puerta de mi edificio. Desde el sétimo piso le grito que no puedo, que estoy jugando. Me mira raro. Regreso al juego.

7:32: Suena mi celular. Es Samu. Dice que tiene las llaves del bar. Ahora salir suena como una buena idea, le digo que me espere un rato. Samu es un pata que conocí en estado de ebriedad total en una reunión, mientras un mago de la calle contaba chistes. Es grande y su familia desciende directamente de los samurai. Y su tío es dueño de un bar.

7:45: Salgo de la casa, cambiado y perfumado. Tengo los ojos pintados y soy genial por eso. Samu no piensa lo mismo y me mira raro. Prendo un cigarro y le cuento sobre las reuniones. El quiere quedarse en la más cercana, yo no tengo problemas en irme a la planicie. Caminamos.

7:55: Llegamos al bar. Esta completamente cerrado. Llave tras llave, se van abriendo las rejas. Una vez adentro, nos damos cuenta que el local había estado cerrado dos semanas y que algún hijo de perra no había jalado el water. Sin embargo, nos quedamos. Miro de lado a lado la barra eligiendo los tragos. Luego de la selección, teníamos en la mesa: Un vodka, dos rones a medias, un whisky, un vodka NEGRO y un trago de frambuesa rojo. La alcoholización estaba asegurada, la acción vendría luego. Me doy cuenta que no tenemos con qué mezclar los tragos y salgo a la bodega a comprar.

8:02: Hay un teléfono público en la bodega. Llamamos a un par de amigas para ver si se nos adelanta la acción. Dicen que no las dejan venir. ¿Qué clase de padres no dejan ir a sus hijas adolescentes a un bar en la noche? Es gracias a ese tipo de padres represores y autoritarios que existen las monjas y el feminismo. Bueno, si no quieren venir, que se jodan. Más trago para nosotros.

8:05: Estamos sentados en la barra, listos para la guerra. Lanzo una campaña contra el poco whisky que quedaba y salgo bien parado. Tres vasos de ron seguidos me mueven un poco el piso, pero la batalla no estaba perdida. Aún con algo de fuerzas, empecé a tomar del trago rojo de frambuesa. Era delicioso, pero era una trampa. Luego de un par de vasos de esa sustancia maligna, ya era una baja más en la guerra. Samu seguía parado y se reía. Mientras tomábamos, Samu me contó que en ese bar habían fantasmas. Aparentemente, un chamán dejó a una anciana y unos niños para que molesten a la gente. Luego vino otro curandero, y botó a los niños. Se supone que la anciana nunca se fue. Al escuchar esto, sentí unos pasos en el segundo piso. Tuve miedo.

10:03: Nos apresuramos a salir del bar. La brisa de afuera me mueve un poco la cabeza. Estaba oficialmente picado. Empiezo a tambalearme en la vereda, Samu se ríe. Le pido un cigarro. Nos subimos a un taxi y eventualmente llegamos a la casa de una amiga. Al salir a la puerta, se ríe. Yo también me río, frente a su mamá, tirado en un sofá. Literalmente casi me muero de risa en el piso. No entendió el chiste y nos sacó lo más rápido que pudo de la casa. Su mamá nos va a jalar a la primera reunión. Ya había hablado con otros dos patas, me estaban esperando ahí.

10:15: Luego de recoger a otra niña, llegamos a la reunión. Solo bastaron un par de minutos para darme cuenta que debíamos irnos. Y de ese par de minutos, uno y medio estuve en el baño. Si, era así de horrible. Sin embargo, el baño funcionaba bien. Di las gracias, y salimos caminando con Momo y Klucho. Se dieron cuenta que estaba picado, aprovecharon la oportunidad para golpearme. Tengo amigos.

10:20: Estamos en otro taxi, camino a la casa de la enamorada de Eugene. Procedo a hablar estupideces y soy golpeado. Era bastante mas tarde de lo acordado y Eugene y su enamorada ya estaba esperándonos en la esquina. Saludo a ambos y empiezo a patear un poste.

10:33: Ningún taxi nos quiere recoger. Es más, nos evaden. No se si tenga algo que ver con esto:

Joc: OSEA TU CAGAS PLATA, ¿NO? TAXISTA DE MIERDA… CARAJO…
Todos: Ya cállate, mierda.
Joc: ¡¡ ¿PERO POR QUÉ NO NOS RECOGEN?!! ¡¡LA PUTA MADRE!!
Todos: … cállate…
Joc: PERO, PERO… ¡¡LA PUTA MADRE!!

Klucho me persigue un rato y me golpea. Para un taxi, al fin, y comienza el viaje. Me aburro y empiezo a hablar. Esta vez, me dirijo a la enamorada de Eugene. Eugene esta preocupado. Y entonces:

Joc: Oie X, ¿Ya tienes fecha para la boda? Supongo que sabes cocinar, planchar y abrir la puerta para jugar, ¿verdad?
X: ¿Qué?
Joc: Si pues, tú sabes que como buena esposa vas a estar de la cocina a la cama, ¿no?
X: …
Joc: Claro que si, preparando un bistec y cambiándole el aceite al carro mientras Eugene juega videojuegos, ¿no? Yaaa, no te hagas la que no sabías lo que te esperaba. Al final, es lo menos que puedes hacer, ya que todas ustedes nos deben una costilla.
X: Eres un imbécil.

En efecto, lo soy. Saliendo del taxi, le dije que lo de la costilla era una broma, que en verdad nos deben mucho más que eso. Los hombres de las cavernas estarían de acuerdo conmigo. ¿Quiénes eran los que cazaban dinosaurios? ¿Quiénes traían el pan a la mesa? ¿Quiénes descubrieron el fuego? Obviamente, los hombres de antaño. Por favor.

10:51: Teníamos que caminar un buen trecho antes de llegar a la fiesta. Caminé rápido, pues resulta que la enamorada de Eugene es cinta negra en taicondó y yo quería llegar sin huesos rotos. Eventualmente, llegamos a la puerta. Apareció un mayordomo y dos gigantes con metralletas atrás de él. Mentira, no había mayordomo. Dimos nuestros nombres a uno de los gigantes y entramos. Fui recibido de la mejor manera, con cerveza. Estado de ánimo: feliz. Nivel de alcoholización: Ligeramente bastante picado. La noche recién empezaba.

11:20: Tres cervezas, sigo sentado con Momo y Klucho hablando sobre la vida. Llegan unos vasitos chiquitiiiitus con algo raro. Saco cuatro de la bandeja. El mozo me mira raro. Me cago de risa y voy secando uno por uno. El primero sabía a mango y los demás a agua. Ahora si estoy en el límite de la felicidad. Me doy cuenta de eso, porque una vez que paso ese nivel, nada bueno sucede. Como de costumbre, no me importa. En este estado, todo el mundo es de puta madre y empiezo a hablar con gente.

11: 35: A Momo le gusta la de rayas. A mi no me importa nada. Había visto una chica muy bonita antes, pero no sabía dónde estaba. Camino hacia la pista de baile y la veo. Justo esta bailando con la de Momo. Por alguna extraña razón, empiezo a ver tres chicas bonitas frente a mi, todas iguales. Dan vueltas alrededor mío. Luego me doy cuenta que estoy parado frente a ella, quedando como un imbecil. Decido hablarle a la chica bonita #2. Era la verdadera. Estoy bailando.

11:42: ¿QUÉ HAGO BAILANDO? Bailar borracho puede ser muy divertido. Miraba a Momo y me cagaba de risa. Luego ya no había Momo, pero yo sigo bailando. Por supuesto, como Dios manda, full perreo. Luego vienen las toneras y doy paso a que los afeminados se entretengan. Eugene sigue bailando. De regreso a la mesa, mas de los vasitos chiquitiiiitus. Estado de ánimo: Qué chucha. Nivel de alcoholización: Probablemente hecho-mierda. Si, se podría decir eso.

12:00: Estoy hecho-mierda y sentado hablando con la de Momo. Decidí que era un buen lugar para discutir el trabajo que hacíamos con los niños de un programa de verano. Para esto, “discutir” quiere decir yo hablando de mi habilidad con los pequeños y mi genialidad en general. Me empieza a responder sarcásticamente y entonces me doy cuenta que esta niña no vale mi tiempo. De vuelta a la pista de baile, Eugene se burla al ver en el estado que estoy. Rápidamente procedo a insultarlo.

12:30: Entre bailar y regresar a la mesa y seguir tomando y volver a bailar y etc. De alguna manera me encuentro conversando sobre cómo es que los piratas se parecen a los pitufos. Luego, una vez más soy jalado a la pista de baile y en el camino alguien pone unas pastillas raras en mi bolsillo. Ya no encuentro a la chica bonita en ningún lado.

1:30: Empiezo a perder la conciencia. Ya no tengo recuerdo alguno de lo que haya hecho más o menos a esta hora. Probablemente, hice cosas que tampoco quiero recordar, así que todo esta bien. Me contaron que Momo estaba bailando con una flaca y, de pronto, le dio una vuelta y se fue. Osea, se fue en medio de la vuelta. JAJAJAJAJA. Bien ahí.

2:03: Joc dice: Klucho, acompáñame al baño. Esta parte si fue divertida. Me acuerdo que empujé gente en el camino que estaba bailando, también en la cola para entrar al baño mismo. Por supuesto no hice ninguna cola. Una vez adentro, el señor estómago decidió cobrarse la cuenta de todo lo consumido esa noche. Y fue malo. Media hora después, todavía no acababa de pagar. Fue horrible.

2:35: Salgo del baño, hecho-mierda al extremo. Demonios, Eugene me había ofrecido irme con él más temprano y había procedido a insultarlo. Maldita justicia divina. Camino entre las mesas. Momo, es hora de irnos.

2:45: Durante el camino, Momo vomitó repetidas veces. Según él, estaba feliz de estar en ese estado. Si era un chiste, no lo entendí. Estaba temblando. Hacía frío. Se peleó con un poste. El poste ganó.

2:47: Gracias a los dioses del alcohol aparece un taxi. El camino hasta mi casa también fue una mierda, pero qué importa. Pensé que había bajado la ventana del carro, resulta que no. Vomito en la ventana. El taxista tiene que parar por lo menos tres veces antes de llegar a mi casa. Me senté un rato en la puerta. Luego, entre sin ningún problema. Doy unos pasos, mantengo el equilibrio. “Hola ma, disculpa que haya llegado un poco tarde. Tuve que esperar a Eugene, no se quería ir. ¿Queda algo de comer?”

Al día siguiente, tuve que levantarme a las nueve y media para ir a la playa con Eugene y compañía. Si, fue horrible. Joc.

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